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Colombia y la crisis económica y financiera internacional

La situación de la economía internacional, ha generado un replanteamiento de la política económica de varios países de América Latina, como también de otras naciones de un grado de desarrollo económico similar al nuestro.

Las noticias y comentarios sobre la economía de Estados Unidos, como también sobre la gran mayoría de los países de Europa, son preocupantes y – tarde o temprano- de alguna u otra manera tendrán un efecto en países como el nuestro, así las autoridades de turno, de manera un poco ingenua e infantil, traten de minimizarlo.

En efecto, la economía de Estados Unidos, sigue débil, con un desempleo alto para sus tasas históricas, un sector inmobiliario con problemas de valoración, lo que dificulta el apalancamiento financiero que este presta a las familias, particularmente.

No obstante, tener ahora un sector financiero más saneado, luego de la crisis de hace dos tres años, y a pesar de todos los esfuerzos monetarios y fiscales, el crecimiento este año no será el esperado y EEUU no será la locomotora que mueva a la economía mundial.

Europa también afronta una situación complicada. Son varios los países de la unión que presentan un alto nivel de endeudamiento, altos déficit fiscales,  y un sector financiero débil, que amenaza con afectar a otros países, en una coyuntura que ha significado una prueba de fuego para la unión y también para las instituciones económicas que la rigen como el Banco Central Europeo, la Comisión Económica, y hasta al mismo Fondo Monetario Internacional.

Aunque la situación en la India, China y Japón es distinta, tampoco se puede esperar que la primera siga siendo la impulsora de las exportaciones de varios países de América Latina, incluyendo a Colombia.

Y a pesar de que Colombia pasa por una buena coyuntura económica, con una inversión privada en expansión y la gran mayoría de sectores con indicadores positivos y optimistas; un desempleo del 11,6 por ciento a julio, con tendencia a la baja, una inflación bajo control y un sector minero con buenas perspectivas, tiene que prepararse para hacerle frente a las turbulencias que se presentan en el panorama internacional.

Recientemente, la Comisión Económica de América Latina (Cepal), presentó un informe en el que reduce los pronósticos de crecimiento para la región, incluyendo a Colombia. Posiblemente los efectos de la crisis no se sientan con toda intensidad este año, pero sin duda lo harán en 2012.

Por todo lo anterior, al igual que Brasil, Ecuador, y otros países de la región, Colombia debe adoptar un plan de contingencia, adelantando parte de su financiamiento de los próximos años, con una política de mayor austeridad fiscal y una estrategia más activa para hacerle frente al tema de la revaluación, que tanto afecta a nuestras empresas exportadoras.

El país no puede pretender ser ajeno a la crisis externa; no se trata de ser alarmistas, pero si precavidos y adoptar los correctivos del caso, para lo cual tenemos un buen nivel de reservas internacionales, superior a los 32 mil millones de dólares, un crédito contingente del FMI, y una trayectoria de buen pagador, quizás como ningún otro país de América Latina. En el caso de las empresas, principalmente a las exportadoras el mensaje es de prudencia y austeridad. Como dice el adagio, más vale prevenir que lamentar.

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