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Colombia, ¿un equipo para ilusionar?

Por Gustavo Cotes Medina

Este año se cierra con  grandes logros deportivos y la reciente clasificación de la selección Colombia al mundial de futbol de Brasil 2014, es la fresa que faltaba para el postre y es una señal muy emotiva y poderosa que en este país hay una serie de cosas que están cambiando para ilusionarnos y empezar a soñar.

Tenemos una generación excepcional de futbolistas disciplinados que han hecho el curso completo en las divisiones inferiores aportando su talento que les permite acomodarse sin dificultades en el entorno global.

De esta manera, se reflejan  los avances del país en los últimos veinte años que nos permita afirmar que nuestra selección proyecta lo que somos, es decir,  emprendedores, luchadores  y curtidos que estamos preparados para  vencer las dificultades.

Está claro que Néstor Pékerman y su equipo de trabajo realizaron la difícil y exitosa tarea de fusionar tanto talento para conformar una familia sin egoísmos y sin disimuladas camaraderías, que con alegría y mística, mezclada con coraje, les permite avanzar sonrientes en los momentos de las adversidades.

También tenemos que aterrizar los ánimos, reforzar algunas áreas del equipo y pulir estrategias para que en el mundial de Brasil podamos reafirmar nuestra senda ganadora y pasar de los triunfos morales a las victorias reales y medibles, mostrando los dientes y el material de lo que estamos hechos.

La selección Colombia es un grupo de distintas generaciones que conforman una numerosa familia de casi cincuenta personas y cuentan con el total respaldo de la Federación Colombiana de Fútbol que contrató, sin limitaciones, con todas las herramientas y plena autonomía, a un cuerpo técnico capacitado y con experiencia comprobada que le dio un giro muy oportuno a nuestro fútbol, con el aporte y las capacidades de los futbolistas que juegan en el exterior.  

A pesar que hasta ahora la selección apenas recibió 12 goles en 15 partidos, la escogencia de las parejas en la zona defensiva es una tarea que tenemos que completar con una mejor elaboración de fútbol en la mitad de la cancha, para disponer así de un equipo bien planificado, compacto y poderoso que nos ponga a soñar, pero con los pies en la tierra.

Pienso que no es el momento de distraernos en el debate de cuál ha sido la mejor selección de la historia. Ahora, debemos concentrarnos en apoyar este proceso que inicia una segunda etapa de preparación con fortalezas y algunas debilidades que afortunadamente tenemos tiempo para corregir. ¡Llegó la hora de regresar a un mundial con una presentación más allá de las victorias morales!

 

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