A pesar de la poca participación de Latinoamérica en el Festival de Cannes, Colombia logró destacarse por sus muestras cinematográficas.
Sin duda alguna la participación de la colombiana Diana Bustamante como curadora de la versión del Festival de Cannes tomó por sorpresa al país, pero no sólo este sería el primer mérito que obtendría Colombia en sus creaciones fílmicas; el corto de Damiana del director Andrés Ramírez Pulido fue el único latinoamericano en clasificar en la competencia oficial.
La producción narra la historia de un grupo de niñas abandonadas por la familia y la sociedad que se encuentran bajo supervisión en una especie de campamento en plena selva. La protagonista Damiana, trata de comunicarse con su padre, y se la ve en estado de ansiedad permanente. Mientras su respiración se escucha, su cuerpo traspira en forma permanente representando el dolor que la invade.
Por otra parte, en la Quincena de Realizadores, una categoría del festival se presentó la película La Defensa del Dragón, ópera prima de Natalia Santa, primera directora colombiana en participar en esta sección, un film que tuvo buena recepción por parte del público asistente.
Natalia incursiona en el mundo de las partidas de ajedrez con tres amigos, Samuel, Joaquín que apuestan en casinos. Los tres llevan una rutina que entra en discusión con el desarrollo acelerado de la urbe por la cual pasean y charlan ignorando el carácter cosmopolita que la está haciendo cambiar.