Que Colombia sea potencia mundial de la vida, es el proyecto político más ambicioso del cual tengamos noticia, para un país como el nuestro, devastado por un conflicto de más de medio siglo, con unas brechas sociales abismales, -Colombia es después de Brasil el segundo país con mayor desigualdad social, según el Banco Mundial, con una población con necesidades básicas insatisfechas, esto es: sin vivienda, sin agua potable, sin alcantarillado, con un sistema de salud ineficiente, con una corrupción que hizo metástasis, con un alto desempleo, una inflación de 9,07%, una pobreza multidimensional que se ubica en el 18.1%, con unos daños ambientales irreversibles, son entre otros, los males que aquejan al país.
Pero así mismo tenemos muchas potencialidades: pues somos el segundo país con mayor biodiversidad del planeta, contamos con dos océanos, tenemos grandes extensiones de tierra aptas para el cultivo, tenemos, carbón, oro, esmeraldas, gas y petróleo, grandes atractivos turísticos, somos una sociedad resiliente, pujante y trabajadora. ¿Qué se debe hacer para lograr el objetivo trazado por el Presidente Electo? Hay que identificar a nuestros enemigos comunes, y declararles guerra frontal.
Empezando por la corrupción. Presidente: Gustavo Francisco Petro, no hay reforma tributaria que pueda tener éxito si los recursos que se recaudan vía impuesto son derrochados a manos llenas por funcionarios del sector público y/o por contratistas.
Se estima que Colombia por concepto de corrupción pierde al año la bicoca de trecientos billones al año, es decir el 17% del presupuesto nacional. Lo dijo Rodolfo Hernández, en su particular estilo: “Hay que quitarles la chequera a los ladrones”. Bueno, pues si ese es el enemigo común, que desangran las finanzas del país, hay que unir fuerzas para atacarlo con todo.
Dar ejemplo de austeridad desde el propio Gobierno, empezando por los gastos de funcionamiento, revisar con los señores congresistas la reducción de los llamados gastos de representación, y los muy famosos “cupos indicativos” que resulten inoficiosos en la ecuación costo/beneficio.
Es urgente reactivar la economía, y para ello hay que ser muy pragmático, es urgente normalizar las relaciones con nuestra hermana Venezuela, pues existen 2.219 razones para hacerlo. Que se tengan diferencias con el régimen, no significa que no podamos encontrar puntos de convergencia. Hay que iniciar cuanto antes los diálogos con la insurgencia, recuperar zonas como El Catatumbo, Chocó, Nariño deponer los odios y tender puentes que permitan una Colombia en paz. ¡Manos a la obra!
Nota de cierre: Con profunda tristeza recibimos el sensible fallecimiento de Hernán Marcelo Lallemand Baute, un ser humano maravilloso, con quien compartimos momentos inolvidables. ¡Paz en su tumba! darioarregoces@hotmail.com