En diciembre de 2021, Alfonso Orozco fue nombrado subgerente de la Zona Cesar de Gases del Caribe. La empresa tiene alrededor de 160.000 usuarios en los 8 municipios del departamento en los que opera.
EL PILÓN dialogó con él en el marco de la Semana Arpel Naturgas sobre los desafíos del sector en materia de servicios públicos y el mercado.
¿Cómo funciona la cadena de gas en Colombia?
En Colombia se divide en tres agentes: empresas exploradoras y productoras, que son aquellas que tienen a cargo el título de exploración y perforación. Son las que venden el gas natural a gran escala a las distribuidoras. El segundo agente son las transportadoras, que son las empresas que operan y mantienen los grandes gasoductos de índole nacional para transportar gas a gran escala; las dos principales que hay en Colombia son Promigas y TGI. Con ellas negociamos los distribuidores el transporte del gas que le compramos a la productoras.
Y tercero, estamos las distribuidoras y comercializadoras de gas natural, como es el caso de Gases del Caribe.
Tenemos una matriz energética, en su mayoría, hidroeléctrica, por eso en época de verano se dispara el valor de la energía. ¿Cómo es la variedad del precio del sector gasífero?
Colombia tiene una matriz en la que predomina la generación hidroeléctrica. Es positivo porque es una energía renovable, pero en épocas de poca lluvia, cuando los embalses reducen sus niveles, se reduce la oferta de energía y eso tiene un impacto final en los usuarios.
Con el gas natural es un poco distinto porque el régimen de lluvias no es tan determinante en cuanto a los volúmenes de producción. Sin embargo, cuando las hidroeléctricas tienen una reducción en su oferta energética acuden a las termoeléctricas, y en Colombia muchas operan con gas natural. Eso aumenta la demanda de gas natural, lo que tiene efectos en la tarifa. De allí la importancia de más exploración y productores de gas, principalmente en Colombia, para no perder nuestra autosuficiencia energética.
¿Cómo está el mercado del gas en Colombia?
Estamos hablando de reservas para un rango de 7 a 8 años. Esa proyección resulta de las reservas, menos lo que se consume, más lo que se sigue descubriendo. Ha aumentado la demanda de gas sustancialmente, por eso, es probable que las reservas del país puedan disminuir.
Colombia tiene un potencial gaseoso importante. Lo que tenemos que hacer todos los agentes es lograr la factibilidad de los proyectos lo antes posible. Existen hallazgos de gas natural en el Mar Caribe (offshore). Tenemos que construir toda la infraestructura para que puedan transportar ese gas al mercado nacional. También anunciaron unos pozos en el Pie de Monte llanero.
¿Importar o producir?
En una de las conferencias dijeron una frase con la que me identifiqué: puede venir gas de cualquier parte siempre y cuando no perdamos nuestra soberanía energética. Vimos lo que pasó en otras partes del mundo, lo que le ocurrió a Alemania por la guerra entre Rusia y Ucrania. Quedaron dependiendo de un gasoducto, surgieron tensiones geopolíticas y hubo racionamiento de gas en Alemania.
En Colombia no queremos vivir esa experiencia, por eso tenemos que fortalecer nuestra soberanía energética. Yo no descartaría la opción de importar gas. Ya hemos traído gas a través de la regasificadora de Cartagena.
¿Y Venezuela?
La posibilidad con Venezuela tiene ingredientes de orden jurídico por los bloqueos que ha tenido el gobierno venezolano y sus empresas, y Ecopetrol es una compañía que cotiza en Bolsa de Nueva York.
Si esa posibilidad logra la factibilidad técnica y se logra poner en marcha el gasoducto binacional, debe ser un gas de buena calidad y un precio competitivo frente a lo que hay en Colombia. Es fundamental tener reservas y fuentes para atender la demanda nacional sin correr el riesgo de que el contexto geopolítico de otros países nos ponga en peligro.
¿Qué papel jugará el gas en la transición energética?
El gas cumple un rol significativo en la transición energética. Primero, por su disponibilidad a gran escala. Hay bastante gas en Colombia. Los automóviles eléctricos no han llegado al punto de ser competitivos para el transporte. Un carro eléctrico aún es demasiado costoso, contrario a la operación a gas, ya es competitivo y accesible.
El gas natural es un combustible de menores emisiones, con tarifas competitivas y gran disponibilidad. Colombia ha ido expandiendo fronteras en el negocio del gas y tiene suficiente disponibilidad para muchísimos años.
Aterrizando el tema al departamento del Cesar, ¿cuántos usuarios tiene Gases del Caribe en el Cesar?
En los 8 municipios del departamento del Cesar donde operamos, Gases del Caribe tiene 160.000 usuarios. Exactamente, operamos en Manaure, La Paz, Valledupar, El Copey, Bosconia, El Paso, Astrea y Chimichagua.
¿Cómo está la cobertura?
En las áreas urbanas se concentran la mayor parte de los usuarios. En Valledupar tenemos alrededor de 110.000 usuarios. Estamos aproximándonos a una cobertura del 91 %.
Hay poblaciones alejadas de los cascos urbanos que todavía no cuentan con el servicio. Estamos trabajando de la mano de los entes gubernamentales para lograr la factibilidad de estos proyectos y poder ampliar este servicio en el Caribe colombiano.
Quizás este es el recibo que la gente paga más tranquila…
El gas para usos domésticos en Colombia tiene una tarifa amigable. Afortunadamente no tenemos las dificultades de otros servicios públicos. Hemos podido mantener una operación eficiente bajo unos muy buenos niveles de servicio.
¿Cómo trabaja la empresa en caso de instalar un nuevo proyecto?
Así como lo hicimos, por ejemplo, en el casco urbano de Bosconia y El Copey, donde estamos ejecutando el primer proyecto de obras por impuestos para lograr que las familias con dificultades socioeconómicas puedan acceder al servicio.
Tenemos pendiente los corregimientos Chimila y San Francisco en El Copey; Saloa, de Chimichagua, es un corregimiento grande que está sin gas natural. Gases del Caribe, en su papel de distribuidor, se encarga de construir toda la infraestructura de distribución. Eso es inversión propia de la empresa. Lo que se busca con los gobiernos es que subsidien a los hogares el valor del servicio nuevo o de la conexión.
Por Deivis Caro