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Colombia debe crecer verde

El presidente Santos en su primer periodo de gobierno nos prometió poner a andar cinco locomotoras a saber: La agricultura, la minería, la vivienda, la innovación y la infraestructura. Como algunas de las famosas maquinas durante el cuatrienio pasado no alcanzaron ni a salir de la estación, en este segundo y último periodo de santos podríamos mirar si las que arrancaron siguen andando como infraestructura, vivienda y minería y en el caso de las que nunca salieron de la estación como la agricultura y la innovación han conseguido el suficiente carbón para después de cinco años poder prender sus motores, por lo menos.

Sin duda alguna que en este segundo mandato del presidente, la Paz ocupa el primerísimo lugar en cualquiera de los vehículos que se pretendan utilizar para el desarrollo del país y las famosas locomotoras, algunas de las cuales no alcanzaron ni a prenderse, ya son cosas del pasado reciente, ahora el principal problema que tenemos consiste en de qué manera armonizamos nuestra industria minera basada en la política extractivista, con la preservación del ecosistema, imperativo universal al que ningún gobernante puede “escurrirle el bulto”.

Quien ha dicho que el progreso y el crecimiento económico son incompatibles con la defensa del ecosistema y la prevención de la degradación ambiental, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el uso responsable de los recursos naturales, y creo que es por eso que en el Plan de Desarrollo 2014-2018 se incluye un componente llamado crecimiento verde, al cual pienso no se le está dando la importancia que amerita y le puede pasar como a algunas de las locomotoras que se quedaron varadas antes de partir.

Cada vez que la locomotora minera quiere pasar por algún lugar, desviamos un río o un arroyo, sin sonrojarnos, ni ruborizarnos ante la comunidad internacional que nos vigila; pero sobre todo ante nuestros hijos y nietos quienes son los que van a recoger los frutos de lo que hoy sembremos.

¿La buena intención de un crecimiento verde, plasmada en el Plan de Desarrollo del segundo periodo de Santos, será que se va a quedar en el papel, como tantas de las promesas de nuestros gobernantes? ¿Los gobiernos departamentales y municipales están atendiendo la misión que les corresponden, en el sentido de asegurar el uso sostenible del capital natural y mejorar la calidad ambiental, reducir la vulnerabilidad frente a los riesgos de desastre y cambio climático y proteger la conservación de los ecosistemas? Creo que la mayoría no tienen ni idea de qué es eso.

El panorama entonces no puede ser más desalentador y debemos continuar dándole la razón a las predicciones universales que afirman que para el 2050 el mundo necesitará de tres planetas para abastecernos.

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