Hace más de tres meses que los habitantes de Pelaya, un municipio ubicado al sur del Cesar, no duermen y mucho menos viven tranquilos. El servicio de alcantarillado está a punto de provocar una emergencia sanitaria.
La tubería que lleva las aguas servidas quedó obsoleta y hoy instituciones educativas, viviendas, negocios y toda la población en general debe soportar olores fétidos a cada momento.
Según explicó Ortelio Palacio, el alcantarillado está ubicado en la parte occidental de Pelaya, muy cerca al barrio Mata de Bijao y desde ahí comienza el problema. “Hace unos tres meses que el último manjol que recibe todos los servicios de Pelaya comenzó a rebosarse, pero no es cualquier rebosamiento, es prácticamente un río o quebrada que se está formando y ninguna autoridad del municipio interviene”, argumentó Palacio en una visita a este medio.
Agregó que lo preocupante, además de la población, es que las aguas negras están cayendo al caño de Las Damas que llegan a la ciénaga Sahaya, localizada en el corregimiento de Costilla, afectando a los seres vivos que allí habitan.
A consecuencia de esta contaminación ambiental que afecta también cerca de 10 mil personas, muchos habitantes de corregimientos como San Bernardo, Costilla y los caseríos Pueblo Nuevo y El Sitio, pretenden tomarse la carretera principal que comunica al Cesar con el interior del país.
Algunos pescadores expresaron que la situación se agrava cuando crecen los caños y quebradas que desembocan en la ciénaga Sahaya, esto hace que las aguas negras se devuelvan para las casas, provocando olores desagradables.
Ante esta situación, el secretario de Ambiente Andrés Felipe Meza Araújo dijo “la próxima semana tenemos programada una visita para conocer la ciénaga Sahaya, de esa ciénaga sobreviven muchos pescadores y para ello vamos a tomar las medidas correspondientes con las personas que están generando los vertimientos que afectan a los pescadores y más aún, que esa ciénaga hace parte del proyecto de repoblamiento de peces”.
Meza Araújo aseguró que la administración municipal de Pelaya tiene conocimiento de la situación y “hay un grado de incumplimiento que toca corregir antes de terminar el año porque la ciénaga no puede seguir contaminada”.
A todo esto se suma que en el corregimiento de Costilla, el 56% de la población no posee el servicio sanitario, el 39% tiene el sistema de pozas sépticas y el 4% usa letrina. Con respecto a las veredas, el 89% de la población se encuentra sin servicio sanitario, el 10% poza séptica y el 1% cuenta con servicio de letrina, dice un informe de la Alcaldía de Pelaya, asimismo, el servicio de alcantarillado en San Bernardo funciona pero lo que está mal es el punto de entrega, ya que sus aguas residuales son vertidas en la ciénaga de Sahaya.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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