Valledupar, la noble ciudad de los Santos Reyes, donde nace la alegre sonrisa que hoy tiene Colombia para ofrecerle al mundo a través de sus acordeones, sus juglares y sus cantos vallenatos, paradójicamente se nos muestra por momentos como una ciudad conflictiva y peligrosa por su motociclismo informal, su explosiva delincuencia, sus invasiones, la falta de empleo, los desplazados, los desmovilizados y la corrupción galopante en muchos niveles de la sociedad; pero el pueblo vallenato siempre optimista sigue depositando su confianza en nuestras instituciones, que como la Policía Nacional del Ministerio de Defensa es liderada en el departamento del Cesar por el Coronel Faiber Hugo Martínez, que con sus brillantes subalternos defienden con orgullo patrio la honra y bienes de los cesarenses.
Es indudable que en los últimos años la Policía Nacional tiene un nivel más alto en la calidad del servicio que presta, derivado de ese claro criterio policivo y la mística que acompaña las actuaciones de sus integrantes, hoy mejor formados académicamente y con un modernísimo departamento de inteligencia que fácilmente pone en jaque a corruptos y delincuentes; claro que sin la oportuna y valiosa colaboración de la ciudadanía los resultados no podrán ser los mejores. Hoy vale la pena destacar la valerosa y hábil actuación del Comandante de Tránsito Urbano de Valledupar, el intendente jefe César Augusto Díaz Echavarría, quien en una cinematográfica persecución individual logró el decomiso de cinco kilos de cocaína en el casco urbano de la ciudad, hecho que llama poderosamente la atención, ya que casi siempre las incautaciones de droga ocurren constantemente en la zona rural y en carreteras.
En el día de ayer diecinueve del presente transitaba en el barrio Doce de Octubre un vehículo de pasajeros con placas de Aguachica y vidrios oscuros que el intendente Díaz Echavarría con la fina intuición del experimentado sabueso ordeno detener, de inmediato un individuo con un bolso mediano en la mano se bajó y velozmente se dio a la fuga. Rápidamente Díaz con el apoyo de un motociclista que por allí transitaba tomó este vehículo y salió tras el sospechoso quien ya llevaba varias cuadras de ventaja, cruzando en cualquier dirección en cada esquina para así lograr escabullirse, pero con una cuota de colaboración los ciudadanos le indicaban por donde iba el fugitivo al que más adelante pudo detener, sin pensar que en el bolso este pudiera llevar una metra, una granada o hasta dinamita enfrentando así el riesgo de perder su vida.
Ojalá la Policía Nacional tenga más intendentes como Díaz Echavarría para quien sus actuaciones y decisiones están soportadas en el místico lema de esta institución: Dios y Patria antes que todo.
Con la colaboración ciudadana y el esfuerzo de nuestra Policía, Valledupar puede volver a ser una ciudad tranquila y segura como anhelamos de corazón, los que queremos nuestra tierra.