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¡Coincidencias!

Estoy haciendo el ejercicio de volver a leer ciertos libros que hace algún tiempo leí, uno de ellos es la autobiografía de Nelson Mandela (julio 18/1918-diciembre 5 de 2013): “Un largo camino hacia la libertad”. Obra maravillosa que me permito recomendar a quienes se interesen por temas tales como la opresión racial, el apartheid, la lucha por la libertad de Sudáfrica y la resiliencia. En sus páginas se encuentra resumida la vida de un hombre que asumió desde temprana edad, la gran responsabilidad de ser líder, y su nombre tribal Rolihlahla que significa Revoltoso, ayudó a ese propósito, sin embargo, el propio autor nos aclara: “Ser negro en Sudáfrica supone estar politizado desde el momento de nacer, lo sepa uno o no”.

Abogado de profesión y miembro activo del Congreso Nacional Africano (CNA), movimiento por la libertad de Sudáfrica, desde donde libró toda su gesta política, en principio enarbolando la bandera de la no violencia, pero luego obligado por las circunstancias, se determinó por la conformación de un frente armado revolucionario, lo que le costó ser capturado, juzgado y condenado a cadena perpetua por defender su ideario político, frente a la opresión de un régimen en el cual la minoría blanca tenía primacía sobre la mayoría negra al punto que Mandela, expresó: “Somos arrendatarios de nuestra propia tierra. Carecemos de fuerza de poder, de control sobre nuestro propio destino en la tierra que nos vio nacer”.

Este hombre luego de estar recluido en la cárcel por más de 25 años logró su libertad y la libertad de su pueblo, por la vía del diálogo con sus más enconados adversarios, elegido presidente de su nación 1994 al 1999. Deja un legado a la humanidad de altruismo y perseverancia en aquello en lo que se cree, y por lo que vale la pena luchar.

Una curiosidad llamó poderosamente la atención de quien esto escribe, y es que Nelson Mandela nunca abandonó la posibilidad de fugarse de la Isla de Robben, y nos relata que en una ocasión se confabuló con su odontólogo, en la Ciudad de El Cabo, cuyo consultorio quedaba en un segundo piso que daba a la calle lo que facilitaba un posible escape, el plan nunca se llevó a efecto, como si lo pudo realizar casi con el mismo modus operandi, la señora Aída Merlano, en la localidad de Usaquén(Colombia) en octubre de 2019. Cualquiera diría que este episodio fue la clave para la evasión de la excongresista y examante de Julio Gerlein. ¡Coincidencias!

Por Darío Arregocés Baute/ darioarregoces2308@hotmail.com

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