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Coincidencia sospechosa

En la peor crisis del proceso de paz que se está negociando en La Habana, el presidente Juan Manuel Santos, en forma altisonante (para no decir angustiosa), ha emplazado a las Farc con ultimátum de cuatro meses, si no llegan al acuerdo final que permita el cese del conflicto interno armado.

Sin embargo, los opositores del proceso de paz desconfían de la tajante posición del presidente Santos, en vista de que su endurecimiento aparece faltando cuatro meses para el debate electoral, a través del cual en Colombia se elige a los gobernadores departamentales, alcaldes (tanto distritales como municipales), diputados y concejales.
En realidad, tal coincidencia de tiempo es muy sospechosa de estrategia política, que pareciera conllevara la intención de conquistar los votos de quienes verdaderamente desean la paz definitiva, sin la cual, la gente laboralmente productiva no podrá actuar con plena tranquilidad en el campo ni en las ciudades, porque tan compleja situación de guerra plagada de atentados terroristas indiscriminados, en todo momento y en cualquier latitud del país, es un peligro para la población civil inocente.

En modo alguno estoy justificando a los opositores de la negociación de la paz con las Farc y mucho menos a los que se oponen con argumentos fuera de tono; es decir, con insultos irrespetuosos contra el Presidente de la República, con los cuales estimulan la polarización de la gente del país y además fortalecen la convicción de la guerrilla en seguir con el conflicto armado.

Históricamente, la guerrilla siempre ha manifestado querer llegar a un acuerdo de paz a través del dialogo, por lo tanto nunca se ha levantado de la mesa de negociaciones en busca de paz, a pesar de seguir perpetrando ataques contra el patrimonio público y privado del país, que son los motores de la economía que generan empleos y prosperidad a su gente.
Ahora cuando este proceso de paz cuenta con el respaldo mundial unánime, como lo imploró el presidente Santos en su discurso del 20 de julio ante el Congreso en pleno, todos sus miembros deberían unirse alrededor de la consecución de la paz, que sin lugar a dudas debe ser el máximo interés de todos los colombianos de bien, otro beneficio es perder la oportunidad de vivir en un país mejor, que el pueblo ni la historia lo perdonarán.
Por la paz que nos ofrece bienestar general hay que deponer las pretensiones particulares.

Jose_Romero_Churio: