No hay marcha atrás. Es un hecho. Desde hoy comienza a regir el Código de Policía, un nuevo manual de convivencia que reemplaza al obsoleto código que fue hecho en 1970, en el que todos: ciudadanos, autoridades y gobernantes tienen un rol fundamental que cumplir.
Serán difíciles los primeros días de su implementación, así sea con sanciones pedagógicas, pero será mejor el resultado que se espera con su aplicación: una ciudadanía más respetuosa, más cordial y cumplidora de su deber. En este caso tanto ciudadanos como policías deben tener un alto grado de tolerancia.
En Valledupar en un fin de semana con día festivo, pueden ocurrir entre 300 y 400 riñas. En Bogotá, Medellín y Barranquilla esa cifra se multiplica por cinco, todo por culpa de la intolerancia, por la agresividad ciudadana, por no cumplir la ley y otras razones. Las muertes por intolerancia sobrepasan las dos mil víctimas. Son entre otros, los índices que se esperan bajen con la aplicación del Código.
El presidente Juan Manuel Santos dijo con ahínco que “Los ciudadanos son los principales beneficiarios del nuevo Código. Es un “manual de convivencia” que contribuirá a la paz –a una mejor calidad de vida para todos–. No es nada distinto a un marco de derechos y deberes para vivir en sociedad, respetándonos los unos a los otros.Este código no es para encarcelar a más gente. Sí es para prevenir y evitar que problemas de convivencia se conviertan en asuntos penales.”.
El solo hecho que regule el ruido, que se cierre cualquier venta no autorizada de celulares, que imponga multas a quien inicie o participe en riñas callejeras, al que ponga música a alto volumen y en horarios que puedan molestar a vecinos le puede costar a los ciudadanos casi 400.000 pesos. Que sancione a las personas que botan la basura en la calle.
Este documento (el Código de Policía) debe ser de uso cotidiano, por eso instamos a los alcaldes y al gobernador del Cesar a que sigan con la socialización del Código si ya lo están haciendo y si no lo han hecho que se metan en el cuento y lo expliquen a las comunidades.
Es cierto que existen 30 demandas contra la Ley que le dio vida al Código de Policía, pero ojalá cuando las fallen sea pensando más en la convivencia que en triunfos jurídicos insulsos. La Policía tiene un oportunidad de oro para demostrar que es un cuerpo de seguridad que puede construir paz, que son ejemplos de convivencia y de armonía, por eso importante que sean los mismos uniformados los que comiencen a ser buenos ciudadanos, tanto cuando portan el uniforme como cuando no y son simples ciudadanos.