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Cóctelito de junio

 Con el reciente premio  de nuestro compañero y colega (en voz baja) Deivi Safady Pupo  al mejor caricaturista  en el diario La Nueva Prensa, el galardón Álvaro Gómez Hurtado, a quien admiré como político sin pertenecer a su partido, pero creo tuvo una claridad de los problemas nacionales, el lema “Para volver a vivir”, me pareció bien en mis tiempos juveniles, incluso impregnado de Nuevo Liberalismo hoy en malos pasos. 

Pero de política está harto el país. Vamos a la cultura. Gómez Hurtado en sus conferencias la definía como ese sujeto que está como uno, que hay que reconocer, tratarlo como un sujeto que ayuda y que de pronto nos derrota.

Mucha gente hoy por la superficialidad a la que se ha llegado, vive sin tener en cuenta la cultura, además de existir, es un componente de la propia personalidad. Cualquiera que sea el grado de educación o de interés profesional o intelectual proyecta al futuro como atributo. Recordemos que la etimología viene del verbo colere, cultivar, en el sentido extenso de sembrar, regar, brotar, cosechar. El participio colere es cultus, de ahí viene cultivar, de origen latino, por supuesto. Cicerón fue el primero en utilizarla, en el sentido de rendir tributo a la sabiduría. 

Hoy hay muchos más libros y formas de conocimiento, pero hay menos cultos, dicen las estadísticas si es que esta ciencia es capaz de informar sobre ello, según Gómez Hurtado.

 A cada rato nos quejamos de la falta de cultura ciudadana, por comportamientos que incluso llegan al vandalismo, dañar las estatuas en las plazas, por ejemplo, o tumbar otras de personajes pasados porque no rinden culto a nuestra identidad, otra palabra que por su significado actual, Jorge Orlando Melo recomienda no utilizarla porque es una construcción elaborada por diferentes agentes históricos, como las escuelas, los gobiernos y los intelectuales. 

Nosotros practicamos una religión inventada en el Asia Menor, un idioma traído de la península ibérica, como bebida nacional unos granos de infusión de origen árabe, nuestro café, el mango es asiático, los bananos y plátanos africanos, la naranja española, por tanto, no tenemos una identidad como tal.

 En pocos días llegan a Valledupar con motivo de los Juegos Bolivarianos más de 12 mil deportistas y me imagino los nuestros brindando lo típico en gastronomía local, arroz con leche, el primero asiático, el segundo de las vacas traídas por los españoles, el arroz de fideos, sin saber que los fideos son un invento chino como el papel, la pólvora o la tinta, por eso es que se forma un arroz con mango a cada rato, porque sabemos pocas cosas aparentemente simples. 

Posiblemente brindemos aguacates (testículos) en Nahual y más de uno pedirá un pucho (palabra quechua) para fumar, bailaran bachatas, congas y milongas, y comerán ñame, todas palabras africanas. Alguien pedirá wey, jícara, apapachar, tangas, anticucho, esas sí, busquenlas ustedes.

Ya imagino hablando de nuestros personajes folclóricos, Chipuco, Francisano El Hombre y aún vivo ‘Poncho’ Zuleta que de seguro estará en los actos y más de una abrazará con beso obligatorio. Ah pero es Zuleta, dirán. Cualquiera pensará que Sagrario y viceversa son nuestras heroínas, incluso Chepo y Lito, nuestros primeros expertos en planificación urbana y tránsito. 

Se impresionarán por la juventud de nuestro alcalde, como son mellos uno estará en otros escenarios deportivos, de tantas motos locas y sin rumbo, del limpio río Guatapurí, y del Cristo madera almendral en la plaza de las madres. Hay una larga lista de cosas buenas por mostrar, pero los espacios en los periódicos son muy limitados. De mi parte mis afectos a los lectores, estaba de vacaciones, los quiero ilimitadamente. Nos leemos cada jueves. @edgardomendozag.

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