En el marco del programa Ciudades Sostenibles y Competitivas (CSC), liderado por Findeter con el acompañamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue estructurado el Plan de Acción de Valledupar 2030, bautizado “De la Sierra al Valle, identidad vallenata con visión de futuro”.
Traigo a colación el Plan de Acción Valledupar 2030, porque es un vehículo prospectivo portador de hechos de futuro que identifica escenarios convocantes con el proceso de las ciudades como sinónimo de civilización. De igual manera, para que la clase dirigente del territorio lo tenga en cuenta como instrumento esencial para el diseño propositivo, y fundamentalmente, para que la ciudadanía participe activamente como veedor de la construcción de su territorio.
La referencia es oportuna para rechazar la posición descrita el pasado 20 de enero de la presente anualidad, por esta casa editorial en entrevista concedida por José Luis Urón, director de la Cámara de Comercio de Valledupar, en la cual sin sonrojo expresó “Si cierran negocios en Valledupar, no es para alarmarnos”. Esta absurda consideración denota desconocimiento de las tendencias económicas, sociales, culturales y de crecimiento poblacional en las que transitan las ciudades como sistema de evolución.
Debo reseñar con extrañeza doctor Urón Márquez, que siendo usted un hombre elocuente y de amplia trayectoria en la vida pública y privada, haya salido ante la opinión pública con semejante desacierto, por eso considero pertinente recomendarle la lectura de la ‘Dimensión de Sostenibilidad Económica y Social’, inmersa en el Plan de Acción de Valledupar 2030, particularmente en los aspectos cuantitativos relacionados con el número de habitantes de la ciudad y la situación que evidencia una concentración de personas en los grupos de edad entre 0 y 20 años, los cuales corresponden al 41 % de la población de la ciudad, mientras que el 5,1 % hace referencia a los grupos que conforman la tercera edad. Esta dinámica poblacional pone de manifiesto la necesidad de centrar estrategias de planificación territorial y socio-económica en la población joven, la cual actualmente representa cerca de la mitad de la población total y será la próxima fuerza laboral de la ciudad.
En ese sentido, la sostenibilidad económica y social de Valledupar tiene que ver con la existencia de condiciones adecuadas de educación, salud y seguridad que, acompañadas de altos niveles de productividad y empleo de calidad, generen bienestar social. El análisis cualitativo y cuantitativo de estos sectores requiere líneas de acción estratégicas de corto, mediano y largo plazo, sencillamente por la tendencia de crecimiento poblacional en la que Valledupar es núcleo de convergencia regional. En esto estamos de acuerdo doctor Urón, por lo tanto, es necesario construir sinergias interinstitucionales entre los gobiernos departamental, municipal, empresarios y universidades, no solo con el fin de analizar resultados, sino para anticiparse a la acción.
Que las empresas cambien de domicilio o decidan marcharse de las ciudades, puede considerarse como una situación normal del mundo empresarial, sin embargo, lo acaecido en Valledupar si es para alarmarse, sobre todo, por el indicador de desempleo que ha registrado tasas de cerca del 11,6 % en el 2011 a un 9,7 % en 2014. Si bien la tasa de desempleo se encuentra en un digito, lo que concuerda con las políticas nacionales, la cifra está por encima del promedio nacional que para el 2015 se ubicó en 8,9 % y en 2017 en el trimestre febrero-abril la tasa de desempleo en Valledupar fue de 12.7 % y la nacional fue de 9.7 %
Hay variables macroeconómicas que explican la relación entre el desempleo y el desestimulo del consumo, esto en términos sencillos con otras variables sustenta el caso de Burger King. No se pueden desconocer los esfuerzos del gobierno municipal en materia de visibilizar las ventajas comparativas de la ciudad, respaldada por el intangible del análisis de Doing Bussines que situó a Valledupar como una ciudad viable para hacer negocios.
@LuchoDiaz12