Antes de que el primer rayo de luz se asome, en el barrio Cinco de Enero comienzan a sentirse voces y pasos, es la hora de despertar a los niños para que se alisten y se dirijan a sus escuelas. Con gran felicidad, se duchan, lustran sus zapatos y planchan con cuidado su uniforme. Todo hasta ese momento marcha con normalidad.
Tristemente al poner un pie fuera de sus hogares, con lo primero que se encuentran es con calles llenas de piedras y de agua, en épocas de lluvia. Situación que desmotiva y entristece a la comunidad en general. Para habitantes de este barrio que tiene más de 17 años de fundado es injusto que sus calles permanezcan sin pavimentación. El Cinco de Enero comenzó como una invasión en territorios que pertenecían a Inurbe y hoy el barrio parece estar congelado en el tiempo, pues desde su fundación el estado de sus vías es deplorable.
“Solo la calle principal del barrio esta pavimentada y hace ocho años en el sector no se lleva a cabo ni una sola obra. Queremos que por favor el alcalde eche una mirada hacia este barrio”, dijo Marlis Cecilia Maestre, vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal.
El llamado que hace la comunidad va dirigido a la actual administración a cargo del alcalde Augusto Ramírez Uhía para que pronto se les brinde una solución.
“La secretaria de Salud Municipal vino y recorrimos el barrio, nos dimos cuenta que hay larvas en mucho de esos charcos, pero al hacer un censo no encontraron a personas afectadas por alguna patología asociada al Chikunguña, sin embargo el riesgo está latente”, agregó Doris Enrique Loperena Suarez, otra habitante del sector.
Por Jennifer Polo/ EL PILÓN