Las puertas que la fiebre aftosa cerró al sector ganadero, una fiebre propagada en Asia se encargaría de abrirlas. Esa es la disyuntiva que atraviesan los ganaderos del Cesar y del país. Luego del brote de la fiebre aftosa en el 2018, Colombia quedó desertificada para exportar carne bovina a casi todos sus socios comerciales.
En proceso de recuperar la certificación que otorga la Organización Mundial de Sanidad Animal, OIE, por sus siglas en inglés, el sector ganadero tiene la oportunidad de proyectarse al mercado de China. El gigante asiático atraviesa desde el 2018 una crisis por la “fiebre porcina” extendida en casi todo su territorio y que obligó a sacrificar más de cinco millones de cerdos. La carne porcina es el componente más importante de la dieta de la República Popular, al punto, que la crisis del sector incrementó el costo de vida en un 8,6 %, según reportaron medios internacionales.
Para suplir esa demanda que antes cubrían los campos nacionales, China ha incrementado la importación desde países como Argentina y ahora planean establecer tratados con nuevos socios, entre esos Colombia. Sin embargo, antes, el país debe obtener la certificación de libre de aftosa.
“Además de reabrir mercados, nos permitiría ingresar al mercado chino. Cuando a nosotros nos digan: ‘señores, ustedes tienen la certificación de la OIE, pueden exportar’, tenemos que hacer la tarea para cumplir con las condiciones que exige el mercado de China. Argentina exportaba 25.000 toneladas de carne mensual. Con el problema de la peste porcina en China, se duplicó y están exportando hasta 50.000 toneladas”, señaló Óscar Daza, presidente de la junta directiva de Fedegán.
Justo, a comienzos de diciembre una comisión de la OIE estuvo realizando una auditoría para revisar las políticas aplicadas para combatir la aftosa. Según el presidente de la junta directiva de Fedegán la certificación llegaría entre finales de diciembre y comienzos de enero.
¿QUÉ HACER?
De recuperar el título libre de aftosa, dos plantas de sacrificio en el Cesar tienen la oportunidad de iniciar el trabajo para exportar a China: la planta de Nutresa en Aguachica y la de Coolesar en Valledupar.
“Ellos vendrían a certificar las plantas de sacrificios porque exigen unas condiciones especiales para el sacrificio del ganado. Coolesar y la de Aguachica (Nutresa) serían las dos plantas que podrían trabajar para lograr ser certificadas, en eso la de Nutresa va adelantada. La de Coolesar la maneja Coolanta. En sus frigoríficos en Antioquia están certificados, acá deben hacer unas inversiones en tecnología de frío: hay que adecuar el matadero. Sería un trabajo de unos seis meses”, relató el presidente de la junta directiva de Fedegán.
“EN PIE”
La exportación de ganado “en pie” es la otra oportunidad para los ganaderos, practica cuestionada por organizaciones ambientales por las condiciones que viven los animales durante el viaje. Los argumentos para exportar el ganado vivo son principalmente de tradiciones religiosas en países del medio Oriente.
Para comienzos de octubre se realizó la exportación más grande de ganado vivo desde Cartagena hasta Irak. Fueron alrededor de 21.000 cabezas de ganado provenientes de fincas del Cesar, Córdoba, Sucre, Magdalena, Bolívar y Antioquia.
“En los últimos meses se ha abierto la posibilidad de vender carne en el exterior. Estamos a punto de despachar hacia Arabia Saudita y algunos países del Oriente. Eso nos abre la oportunidad a los ganaderos que los precios se mantengan. Estamos pendientes del convenio entre Fedegan y el gobierno de China para exportar carnes bovinas. Lo otro son los más de 20.000 novillos que están saliendo vivos. Todas son variables del mercado internacional, hay países que exigen que el ganado sea vivo por ejemplo por razones religiosas”, concluyó Miguel Villazón, ganadero del Cesar.
DEIVIS CARO / EL PILÓN
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