En una tierra que brilla con luz propia, que vibra al son de una guitarra y un acordeón, de personas amables y con un amor infinito por la tierra que los ha visto crecer, es ahí donde han nacido los mejores compositores de la música vallenata, esos que enriquecen el folclor y con su talento le suman valor a este corregimiento de Valledupar.
Cuando se evoca a Patillal de inmediato llegan a la memoria nombres como Rafael Escalona, Fredy Molina, Octavio Daza, Tobías Enrique Pumarejo y José Hernández, que aunque ya no estén en este plano existencial, sus letras quedaron grabadas para la eternidad y mantienen vivo su recuerdo.
Entre lista de compositores reconocidos que aun dedican sus días a esta labor sobresale José Alfonso ‘Chiche’ Maestre, de los pocos juglares que le quedan a la música vallenata. El cantautor patillalero es un orgullo para sus amigos y familiares que como amantes de canciones románticas del vallenato están ya acostumbrados no sólo a escuchar las canciones de ‘Chiche’ en las voces de otros intérpretes, sino en la suya propia.
Él es un artista de apretadas agendas semanales de conciertos en los que canta sus canciones, pero también de otros, como Leandro Díaz, Gustavo Gutiérrez, cuyas letras lo alimentaron en su proceso de formación como autor.
Son más de 400 canciones grabadas, desde ‘Directo al corazón’ hasta ‘Los 100 clavos de mi cruz’, pero el número seguirá creciendo pues la musa sigue presente y más estando en Patillal, la tierra que lo vio nacer hace más de 40 años y en la que ahora permanece la mayor parte de su tiempo.
“Mi hijo desde pequeño comenzó a cantar, primero baladas luego empezó a componer y el primer disco que le grabaron fue Alfredo Meneses y César Duran, vivo feliz con el talento de mis hijos y con el reconocimiento que ha alcanzado Chiche, el viene todos los días a mi casa, nunca se ha desligado de su querido pueblo”, dijo Elsa Molina, madre del compositor.
Entre los homenajes que ha recibido se destaca que hoy sea parte de los ocho juglares que adornan la plaza de Patillal, que lo hará vigente en las futuras generaciones a través de un singular monumento que elaboraron los escultores Daniel Araújo y Misael Martínez.
Por Jennifer Polo / EL PILÓN