Santiago Roque Carpintero, experto en cocina, interactuó con los estudiantes de gastronomía de una institución universitaria de Valledupar, promoviendo la comida internacional en esta capital.
Mariano Sierra, organizador del evento, dijo que según la posición de este maestro de la gastronomía, la originalidad, la tradición y la calidad, deben ser la base de un sector en plena afirmación. Por eso, no hay necesidad de distinguirse consumiendo de otros países sino todo lo contrario: exponer su orgullo por la comida local basada en su día a día.
En su paso por Valledupar, Roque Carpintero, subrayó estos puntos con palabras claras y contundentes: “Hay demasiado esnobismo en los productos gastronómicos extranjeros, por eso hay que innovar”. Así evidenciaba la importancia de volver a otros valores enfocados en la sencillez, la memoria y la calidad.
Durante este conversatorio realizado en la Universidad del Área andina, se dijo que“hace mucho tiempo, en los años 80, se exigía a los hoteles cinco estrellas que tuvieran cinco platos colombianos en su menú”, manifestó Roque Carpintero.
Pero más allá de estas carencias sectoriales que deben resolverse a nivel político y gremial, el chef se centró en otras oportunidades que pueden ser aprovechadas individualmente por los cocineros y emprendedores de todo el país, apelando así a su olfato e intuición.
Cada vacío es una oportunidad de negocio. Y cada oportunidad de negocio un espacio abierto a la cocina costeña y vallenata. “Se está creando una cultura de que los fines de semana no se cocina, entonces, ¡Aprovechemos esto!”, expresó el ponente.
Así pues, Roque Carpintero sugiere trabajar desde la base: eligiendo productos locales, aliándose con productores de la zona, adaptando o implementando nuevos procesos de producción para no depender del exterior, optando por productos de calidad. “Nuestros productos son más sanos, dijo Roque. Mientras que los productos industrializados son dañinos”.
El experto invita los nuevos chefs a crear e inventar. “Si ya existe el puré de papas deshidratado, hagamos el puré de ñame deshidratado”, dice con toda naturalidad antes de recalcar el conocimiento científico de los ancestros. “Ellos también ayudan al reconocimiento de nuestra cocina”.
Por Pepe Morón Reales
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