Diez jóvenes del El Copey, Cesar, se impusieron sobre 18 de las 20 delegaciones de diferentes regiones que participaron en el Tercer Torneo Nacional de Golombiao, realizado en Montería del 26 al 30 de agosto.
Dalmiro García Anaya, facilitador local del programa Golombiao en el municipio de El Copey, encabezó la delegación cesarense conformada por Liseth Herrera, María Alejandra Ramírez, Johendis Sánchez, William Vides (delegado), Luis Daniel García, Duván Orozco, Ronald Murillo, Luis Rodríguez y Ferney Canavate.
“Fuimos el departamento que obtuvo mayor puntaje en convivencia durante los seis encuentros, nos ganamos 23 puntos de 23 posibles en cada encuentro, donde en el encuentro final un pequeño descuido nos arrebató el título dejando 25 a 24 puntos de convivencia coronando campeón al similar de Córdoba”, precisó García Anaya.
Agregó que esta delegación conformada por 10 jóvenes, ante la falta de apoyo por parte de las administraciones municipales y departamentales con su propio esfuerzo y sacrificio, viajaron y regresaron con un triunfo significativo.
“Dejaron en alto el nombre de nuestro departamento debido a que no contaron con apoyo. Sin embargo, siguen comprometidos a seguir trabajando para fortalecer la paz y la convivencia de nuestra región”, acotó el facilitador de Golombiao.
¿Qué es el Golombiao?
El Golombiao se puede adaptar a todos los deportes que se practican entre equipos. Es una estrategia que nació en el año 2003 de una alianza entre entes gubernamentales y la cooperación internacional que utiliza el fútbol y el deporte para fortalecer las habilidades de niños, niñas, adolescentes y jóvenes y sus comunidades en la construcción de proyectos de vida que aseguren su desarrollo y que estén alejados de la violencia, mediante la promoción de la participación, la convivencia, la resolución pacífica de conflictos y la equidad de género.
¿Qué no es el Golombiao?
No es una herramienta para la promoción de práctica tradicional del fútbol como competencia. No es una propuesta deportiva que busque formar atletas.
Por Martín Elías Mendoza