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Cesar, 46 años de evolución

“El Cesar nació en un momento histórico en el cual el Magdalena era un departamento sin capital y Santa Marta era una capital sin departamento”.

Eran momentos distintos, tanto que ir a Bogotá representaba una verdadera odisea. Sin embargo, la capital del país sintió por entonces el calor de cientos de cesarenses que como nunca antes se tomaron la región con el propósito de conquistar su propio sueño. Fue entonces cuando apareció la histórica frase del expresidente de la República Darío Echandía Olaya, quien dijo “el Cesar no nace ni por cesárea”.

José Antonio Murgas, considerado ‘el Padre del Cesar’, lo recuerda muy bien. Promediaba el siglo XX y para entonces él, enfundado en un valiente proyecto, buscaba ante los más altos círculos capitalinos el sí para hacer de esta tierra un departamento próspero.

El resultado no pudo ser mejor. Murgas logró su cometido. El júbilo se dio en Bogotá pero los ecos se sintieron con mucha fuerza en la costa norte colombiana.

“Cuando el Senado aprobó el proceso de la ley de creación, todos (asistentes a la ponencia) llorábamos; tuve la fortuna que me cargaran desde el Capitolio hasta la Avenida Jiménez; habían ido 85 buses, una cosa extraordinaria… un movimiento cívico histórico de una dimensión increíble”, aseguró Murgas.

Más allá de la emoción de este hecho, Murgas, quien fue el tercer gobernador del Cesar, no se olvida que fueron años intensos, de mucha lucha y de muchos fracasos. Era evidente, en el país y fundamentalmente en Bogotá, no querían otro Departamento.

“Era el único parlamentario que existía de esta comarca, era representante del Magdalena, entonces me tocó elaborar el proyecto, motivarlo con el doctor Crispín Villazón de Armas y Aníbal Zuleta Martínez. Lo presenté en la Comisión Primera, luego lo debatimos en Plenaria y en todo el ambiente y luego pasó al Senado en su trámite, lo defendí, lo motivé y lo justifiqué. Fue difícil porque venía una ola contraria. Ya se habían fundado La Guajira, Córdoba, Sucre, Quindío, Risaralda y en el país no se querían más divisiones”, agregó Murgas.

El precursor de la creación del Cesar, Alfonso Araújo Cotes, presentó un proyecto de Ley para darle vida al departamento. Esta iniciativa no logró calar en el mandato de la República por falta de algunos requisitos. Sin embargo, José Antonio Murgas, como representante a la Cámara del Magdalena, después de haber sido sustraído el proyecto de Araújo Cotes, se convirtió en el autor de la Ley que creó el Cesar como departamento; la asignación se logró el 21 de diciembre de 1967, bajo la Ley 25 de junio de ese mismo año.

Para la época, el periodista Carlos Alberto Atehortúa seguía de cerca los acontecimientos sociales y políticos que se suscitaban en la región. Él recuerda que “era la ambientación de la Costa Atlántica frente al interior del país. Dirigía los destinos del país Carlos Lleras, quien había dicho “no queremos más despartamentalismos”, eso nos cerró las puertas pero hubo la solidaridad costeña y eso permitió que Alfonso López como presidente de la Comisión Primera del Senado, comandara los destinos de los debates, a pesar de aquella frase del expresidente Darío Echandía Olaya”.

El Cesar nació con 13 municipios: Aguachica, Agustín Codazzi, Curumaní, Chiriguaná, Chimichagua, González, Gamarra, La Gloria, Pailitas, Río de Oro, Robles -La Paz-, Tamalameque y Valledupar.

La evolución marcó un antes y un después

El investigador y escritor Simón Martínez Ubárnez explicó cómo el Cesar evolucionó a pesar de la crisis económica y política en la que cayó el departamento, que hace entrever “cien años de soledad en solo 46”.

Para el historiador la decisión de la directiva del departamento del Cesar de independizarse del Magdalena, ha sido el paso histórico más trascendental e importante que le ha podido ocurrir a esta región.

El Cesar nació con 13 municipios: Aguachica, Agustín Codazzi, Curumaní, Chiriguaná, Chimichagua, González, Gamarra, La Gloria, Pailitas, Río de Oro, Robles -La Paz-, Tamalameque y Valledupar y, con la evolución, llegó hoy a 25. “El salto cualitativo y cuantitativo ha sido fenomenal, por cuanto nosotros pasamos de un estado de atraso similar al de algunas regiones en el siglo 19, hace 46 años, a unas condiciones de infraestructura física y de desarrollo social y humano, muy significativo, lo que nos pone muy por encima de lo que quedó en el departamento del Magdalena”.

El periodista José Orellanos citó una frase en la que argumenta esta postura “el departamento del Cesar nació en un momento histórico, en el cual el Magdalena era un departamento sin capital y Santa Marta era una capital sin departamento”, hoy, Martínez Ubárnez cree que la suerte de la tierra bananera sigue siendo la misma, mientras el territorio cesarense creció.

Esta opinión se puede medir en varios aspectos, en crecimiento poblacional, por ejemplo, el Cesar pasó de 393.218 habitantes a un millón 100 pobladores, aproximadamente. (Ver infografía crecimiento poblacional).

“La idea de los creadores del proyecto para formar el Cesar, era constituir un departamento desde Fonseca (La Guajira) hasta Curumaní (Cesar); eso no se cumplió y debieron darle forma al departamento que actualmente tenemos”, sustrajo el investigador, para quien infortunadamente por ser tan largo físicamente hablando, genera un poco de descompensación entre el norte y el sur de la población, y el sentido de pertenencia de la gente no es el mismo: “No es tan fácil construir identidad en un departamento tan heterogéneo, culturalmente hablando en el Cesar”.

Desde su nacimiento en 1967, la población ubicada al norte de Colombia ha crecido de manera representativa en materia de infraestructura vial, educación, hospitalaria, física, capacidad instalada, servicios públicos. La misma transcendencia que ha ido teniendo la música en estos 46 años, que se encargó de abrir las puertas en la alta cúspide del parlamento nacional para nacer. “Valledupar como capital pasó de un villorrio de 70.000 habitantes a ser hoy una ciudad muy moderna”, contempla Simón Martínez.

“Recuerdo la famosa frase del maestro Darío Echandía Olaya “El Cesar no nace ni con cesárea”, porque era una oposición recia que había desde las élites capitalistas a la creación de un nuevo departamento. Y el Cesar nació sin cesárea, y creció como un niño sano”, argumentó.

La crisis del agro y la política

Los primeros productos y quizás el primero en dar frutos millonarios al Cesar fue el algodón, pero a los pocos años de la bonanza entró en crisis, debido a los precios internacionales, los cultivos fuera del país y el abaratamiento de la fibra sintética a base de petróleo, eso generó “una hecatombe” en el departamento. Las cifras dan cuenta que el Cesar pasó de sembrar 150.000 hectáreas a 10.000; “fue el suceso más trágico para una sociedad que vivía de esa siembra”, señaló Simón Martínez.

Luego de la crisis que atacó al agro, se vino el duro trance del orden político, en el que intervino la creación de las guerrillas, simultáneamente la bonanza marimbera y posteriormente el paramilitarismo, que generaron una serie de secuelas y conductas anticulturales que desmejoraron muchos valores en nuestros pobladores.

“Todos estos factores son los que contribuyen a esta percepción de que nosotros hubiéramos vivido casi cien años de soledad en 46 de fundados”, aseveró Martínez Ubárnez.

“La minería, el error para el subdesarrollo”

Como investigador y analista, Simón Martínez cita la explotación del sector primario, especialmente cuando se habla de enclaves mineros, como el atraso del pueblo: “El hecho que nosotros seamos grandes productores y exportadores de materia prima, no nos da ninguna condición de desarrollo”.

“El Cesar hasta el momento no ha quemado la etapa secundaria, que es considerada por Martínez como la industrialización de los insumos como la leche, de la que hoy somos exportadores en materia prima, resulta que la leche nos la devuelven a nosotros procesada, con productos acabados y con todo el valor agregado que le generan en otras partes, y la pagamos”, dice.

Este departamento produce carbón en grandes proporciones (más de 100 millones de toneladas), desde hace cerca de 30 años, pero se demuestra actualmente que no ha otorgado la condición de desarrollo, porque el “capitalismo salvaje” cuando llega a cualquier parte extrayendo los recursos primarios que hay en esas regiones, atropella lo que encuentre a su alrededor y eso pasó con la agricultura, ganadería y todo el agro del Cesar.

Historia cultural

El Cesar es el segundo departamento en Colombia en diversidad étnica y cultural, antecedido del Cauca; su posición llega debido a que cuenta con siete pueblos indígenas nativos; es el único departamento en donde se hablan los tres troncos lingüísticos que se utilizaron en el periodo histórico pre hispano en el país: el Chibcha, el Karí, y el Arawak; además cuenta con cuatro áreas fisiográficas claramente definidas como lo son, la Sierra Nevada, la Serranía del Perijá, la Llanura Central y el complejo lacustre formado en el entorno de la Zapatosa, el bajo Cesar y el río Magdalena, otorgando una diversidad y una variedad para explotar en distintos sentidos y para la construcción de riqueza el Cesar.

“Pero falta por construir ventajas competitivas, mejorar la infraestructura, que desde el punto de vista vial está en marcha, la construcción y el nivel educativo, quizás este último el pasivo más atrofiante actualmente del departamento”, manifestó Simón Martínez, quien explicó que el fenómeno se da debido a la baja capacidad educativa en los órdenes técnico, tecnológico y superior, que permita capacitar a la masa del capital humano de esta población, encargada de romper las ataduras del subdesarrollo en que se encuentra.

Incremento poblacional del Cesar 

Para los expertos, en el crecimiento que ha tenido el Cesar mucho ha tenido que ver Valledupar.

Hace 100 años Valledupar tenía 7.300 habitantes, hoy según la proyección del censo implementado en el 2005 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane) estaría llegando a 450 mil.

La capital del Cesar pasó de tener en 1960 alrededor de 15 barrios, a un estimado en el 2013 de 210, establecidos en seis comunas; cuenta además con 17 asentamientos en zonas de alto riesgo, 11 invasiones, 25 corregimientos y 142 veredas.

“Creo que es un momento rutilante, importante de la vida social, económica y productiva de Valledupar, que está como una de las ciudades intermedias que se posesionan en el concierto nacional, atrayendo mucha inversión y consolidándose como una gran inversión pública que nos tiene muy contentos, con muchas esperanzas de poder sacar en estos dos años muchas obras de inversión para ponerla a tono”, dijo el alcalde de la ciudad, Fredys Socarrás Reales.

El primer incremento significativo de la ciudad que tuvo como primer alcalde por elección popular a Rodolfo Campo Soto, se dio en el periodo de 1936 – 1951, cuando de 15.801 pasó a 26.442 residentes; en ese momento la población se habría duplicado, pero de 1951 a 1964 la cantidad de habitantes se triplicó, pasando de 26.442 a 78.437.

Mientras tanto de 1964 a 1973 la población contó con un rendimiento de 78.437 a 112.057. “El ascenso fue acelerado, así lo muestran las cifras y lo podemos ver en las demografías”, dijo Simón Martínez y aseguró que es tal vez una de las ciudades intermedias con mayor tasa de crecimiento demográfico en la segunda mitad del siglo 20 en toda América Latina.

Sin embargo aún hay factores que le impiden a Valledupar alcanzar un grado de excelencia, entre ellos, sobresalen la inseguridad y una mayor ejecución en movilidad, según señalaron los expertos consulados por EL PILÓN.

“Precisamente el trabajo, el programa Transformando mi Barrio, la bolsa común que estamos haciendo con el Presidente (Juan Manuel Santos), va a darle respuesta a esas inquietudes sanas y saludables que espera la gente de nosotros. Indiscutiblemente la niña se creció y le vienen buenos momentos a Valledupar”, finalizó Socarrás Reales.

Por Arnol Murillo Rincón, Carlos Mario Jiménez y Andrés Llamas Nova / EL PILÓN 

 

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