Así fue bautizada la política migratoria del Presidente de los EE.UU Donald Trump, y que tiene como eje principal, evitar a toda costa la llegada de extranjeros, especialmente de centroamerica, a tierras norteamericanas. Para ello ha optado por separar a los hijos de sus padres, a fin de poder, por un lado, procesar a los padres por migración ilegal y, de otro, dejar a los niños en albergues, con apariencia de presidios, mientras se produce la deportación, que es cuando se vuelven a juntar. La revista Time, plasmó en su portada esta cruel realidad, colocando la foto de una niña hondureña de dos años, que en medio de su inconsolable llanto, por la separación de su madre, fija su mirada en un Trump, altivo e indolente, bajo el rótulo irónico: “Welcome to América”.
Francisco, no le ha temblado la voz para calificar de inmoral la separación de hijos y padres, y el mundo impotente no hace más que mostrar su repudio frente a esta situación. Por su parte, el Presidente de los EE.UU se muestra firme en su política migratoria al considerar que los migrantes “infestan” este país. Lo que le ha valido para que en opinión de muchos, se califique esta política de xenofóbica que busca preservar un país de mayoría blanca, al mejor estilo de la Alemania nazi.
Pero expliquemos por qué los EE.UU proceden de esta forma tan arbitraria, sin que la comunidad internacional pueda hacer algo para evitarlo. Sobre este aspecto hay que remontarnos a la Convención Internacional de los Derechos del Niño de 1989, en virtud de la cual se suscribió entre los países partes el compromiso de garantizar los derechos fundamentales de los niños. Pues bien los EE.UU a pesar de haber firmado este tratado, no lo hizo ratificar por el Congreso, y es por ello que no aplica. El Presidente Barack Obama, se comprometió a hacerlo, pero no cumplió, y no existen instrumentos internacionales que obliguen a los Estados Unidos, a observar un comportamiento proteccionista frente a los derechos de los niños. Sudán del Sur, país africano, tampoco ha ratificado el acuerdo.
Ahora bien, nótese que entre los términos usados por el Nazismo de Adolfo Hitler, y los empleados en la política migratoria de “cero tolerancia” del señor Trump, son más las coincidencias que las diferencias. Empero, parece ser que de mucho han servido las escalofriantes imágenes televisivas que le han dado la vuelta al mundo, pues el Presidente Trump acaba de recapitular, y ordenó detener la separación de los niños de sus familias en la frontera con México.
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