Entre otras Cosas…
Por: Dario Arregoces
“Eran las ocho y quince de la noche, cuando en compañía de un grupo conformado por cuatro personas de diferentes especialidades, y dos carros repletos de individuos vestidos de impecable verde, nos dimos a la tarea de emprender el safari, iniciando por un lugar céntrico donde se acostumbra a consumir alimentos de rápida preparación. Allí estaban, dos hembras una de 11 años y otra que apenas frisa los cinco, los otros salieron en estampida al notar nuestra presencia. Continuamos la jornada y en el sitio conocido como los Tres Postes, cayó nuestra hábil presa, justo en su hábitat natural, haciendo malabarismos lo que constituye su medio de vida.
La jornada terminó con un total de cinco ejemplares, que después de ser plenamente identificados, fuimos a la madriguera. Allí en ese humilde nidal, encontramos a la progenitora, con su miembro inferior lastimado y casi sin poder caminar”.
El anterior relato bien podría ser la narración de un safari nocturno, y en sentido figurado lo es. No obstante la finalidad del mismo es despertar en usted, apreciado(a) lector(a), algo de sensibilidad frente a una situación que nos atañe a todos: El trabajo Infantil.
De las cuatro personas mencionadas en el relato, tres hacemos parte de la Defensoría de Familia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quienes en compañía del Director Regional, y con el valioso concurso del personal de la Policía de la Infancia y la Adolescencia, nos dimos a la tarea de hacer una ronda nocturna por la ciudad, a fin de detectar la presencia de niños niñas y adolescentes que ejercen actividades “laborales” y en algunos casos mendicidad en sitios de masiva concurrencia, de nuestro querido Valledupar, que desde hace marras empieza a acusar los síntomas propios de las grandes urbes.
Después de cerca de hora y media de búsqueda, se logró conducir a cinco de estos menores, a las instalaciones del Bienestar Familiar, a efectos de verificarles sus Derechos y ¡Oh sorpresa!, cuatro de los cinco niños, hacen parte de la misma familia, familia integrada por *Judith, quien se encuentra recuperándose de un accidente que le ocasionó la fractura de su pierna izquierda. Su marido *Miguel, fue asesinado y ahora vive con su actual compañero, en una Invasión y en condiciones realmente infrahumanas. El factor de riesgo común en estos niños es la desescolarización, amén de la pobreza, que hace de la calle el medio propicio del cual deriva su subsistencia. Las excusas no se hicieron esperar: “Es que no hacen caso” Yo les digo que no se vayan para la calle pero ellos, se van”. Eso sí, son bien recibidos cuando regresan a altas horas de la noche con el botín.
La erradicación del trabajo infantil debe ser ante todo, un propósito en torno al cual nos unamos, pues como se ha dicho en otras oportunidades, no es tarea solamente del Estado, también lo es del ciudadano, ese que creyendo estar colaborando con el niño le da dinero, incentivando con ello la proliferación de niños en los semáforos.
El artículo 10 del Código de la Infancia, nos recuerda que todos somos actores, tanto la familia, el Estado y la sociedad y que es nuestro deber involucrarnos en acciones que tengan por finalidad la recuperación del tejido social. Qué bueno que en lugar de dinero las personas de buen corazón hicieran sus aportes a entidades públicas o privadas que trabajen sobre esta problemática.
Como institución del Estado, se asumió el compromiso por parte del Icbf, de hacer que estos cinco niños regresen al colegio, pero es necesario, insisto, contar con el apoyo de todos, pues son muchos los niños que deambulan por restaurantes, heladerías y estancos, ejerciendo la mendicidad.
Más allá de la coerción punitiva, es decir, el encarcelamientode los padres irresponsables, que permiten a sus hijos ejercer la mendicidad, lo que obra hacer es una labor social integral, que atienda sus necesidades básicas, pero no a través del fácil camino del asistencialismo, sino ofreciéndoles a padres e hijos oportunidades laborales tales como microempresas familiares, que posibiliten el sustento económico de sus miembros sin que sus hijos tengan que ausentarse del aula de clases.
NOTA DE CIERRE:*Los nombres utilizados son ficticios, para proteger la identidad de estas personas.
darioarregoces@hotmail.com