Tres cavernas en el Cesar con alta riqueza mineral fueron descubiertas por estudiantes investigadores de la Fundación Universitaria del Área Andina, en el corregimiento de Sabana de León, Manaure; en el Cerro del Ecce Homo, Chimichagua; y en la Serranía del Perijá, Becerril.
“Las tres cavernas coinciden en que son formaciones de caliza, que el agua ha diluido y ha permitido que se formen las cavernas. Lo que hacemos es una caracterización geológica para saber cuándo se formaron, sus condiciones de formación y qué tipo de roca dio origen a ese tipo de caverna. Después hacemos un trabajo geográfico de hacer el levantamiento de las cavernas por dentro del suelo, haciendo mapas y luego hacemos caracterización biológica”, explicó Antonio Rudas Muñoz, coordinador de investigación del claustro educativo.
Entre los hallazgos que los estudiantes hicieron en las cavernas hay cucarachas de aproximadamente cinco centímetros de largo y tres centímetros de ancho, que utilizan sobre su cuerpo una sustancia pegajosa y sobre ella tienen pegado especies de palitos, que le sirven para mimetizarse en las paredes de las cavernas y evitar se depredadas por los murciélagos.
También encontraron una riqueza mineral adicional a la roca caliza que la conforman; este es el caso de un yacimiento de azufre en el municipio de Becerril. En Manaure, el sistema de cavernas está en zona de reserva forestal, tiene aproximadamente un kilómetro de longitud, donde hallaron manantiales de agua cristalina; especies de peces incoloros, lampiños, con los ojos sin iris o completamente blancos, puesto que no necesitan pigmentación porque están en oscuridad total, debido a un proceso de especiación que puede durar cientos de años.
“Tenemos una riqueza espeleológica en el departamento que ni siquiera conocemos, con un gran potencial científico, de biodiversidad y ecoturístico”, resaltó Rudas Muñoz.
El sistema de cavernas ubicada en Becerril, se encuentra una cueva denominada ‘Caverna del diablo’, por la presencia de azufre; además tiene especies endémicas o únicas, tiene cerca de 150 metros de longitud y termina en una caverna de tres metros por alto por 20 de ancho. Tiene otra cueva llamada ‘De la Virgen’, que no tiene minerales ni manantiales y posee cerca de 70 metros de longitud. La caverna de Chimichagua tiene cerca de 80 a 90 metros de longitud.
“Luego de estos descubrimientos hay que terminar de caracterizar las especies biológicas, para determinar si son únicas; si es así requieren protección especial del Estado. Luego se hace necesario iniciar un plan ecoturístico de las cavernas, como existe en el departamento de Santander”, acotó el experto.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN