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Casas mafiosas pretenden quedarse con el poder

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan no confían mucho en los controles que deben tener el Consejo Nacional Electoral, el Gobierno Nacional, la Procuraduría, Contraloría y la Fiscalía para atajar –de alguna manera- los dineros de las mafias en las elecciones de octubre próximo.

Los mismos candidatos se acusan entre ellos de ríos de dineros. Tío Nan dice que la aproximación politiquera está más vigente que nunca y como pasa en Valledupar, sucede en Codazzi, La Jagua y Chiriguaná -por mencionar unos municipios-. Se afirma que hay una o dos familias que ya tiene cimentado su poderío para ganar las elecciones y mantener la hegemonía politiquera de la corrupción.

Asegura Tío Nan que el bipartidismo está tan vigente en nuestro sistema político que ya no importa la unión de partidos políticos para seguir la hegemonía de la corrupción y gozar del poder para beneficios de unos cuantos.

Es tan galopante la osadía de los que quieren seguir en el poder que les importa un bledo pertenecer hoy al Partido Liberal y mañana al Conservador, a la U, Cambio Radical o a cualquier otro Partido de escritorio y se hace elegir. Siguen las mismísimas casas políticas amarradas a la parapolítica y los personajes llegan montados en enormes sacos de dinero y los herederos ya están inscritos.

Las competencias están en cada municipio y el Cesar no es la excepción: se afirma que en Chiriguaná la ‘Casa Cielo’ ya no está con el Alcalde a quien ayudó a elegir, sino que está con una candidata que en el pasado fue contraria.

En Valledupar se habla que el Alcalde está con Dios y el diablo y se mueve en medio de dos fuegos, tratando de no quemarse con la candela de la misma familia.

Tío Chiro sostiene que en Codazzi las apuestas están echadas entre una misma familia, porque lo que se quiere es que el poder quede en casa.

En La Jagua el establecimiento se quiere quedar con el poder y tiene candidata. Y en La Paz el poder político y económico va en busca de mantenerse. En fin, buscan conservar el poder cueste lo que cueste, que gane uno de los suyos como sea. Si los caciques están pensionados, condenados o inhabilitados entonces van los hijos, los nietos, sobrinos, cuñados, esposas (os) o cualquier familiar cercano, como está ocurriendo, lo que se busca es que la casa política siga vigente, porque desde ahí se podrá seguir manejando la contratación, los ríos de dinero y el poder.

Lo más triste y lamentable es que no se investiga formalmente la financiación de las campañas y el CNE –entidad encargada de vigilar e investigar- recibe los informes de los candidatos reportando cifras mentirosas de los gastos de campañas. Es una entidad inerme.

Eso trae como consecuencia que las casas politiqueras sigan vivas y se fortalezcan en su poderío electoral y los gobernantes puedan hacer y deshacer con la contratación. Que los hermanos de alcaldes, gobernadores, sean quienes manejan las contrataciones de los municipios y los departamentos. Pero lo más lamentable es que la gente vota por ellos y elige: al primo Alcalde, el otro familiar Diputado y a su compadre querido Gobernador: ¡qué horror! Hasta la próxima semana.

 

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