Hoy amanecí con flojera, como casi todos los días, dolores de viejo por todas partes y una gripa recurrente que me produce no dolor de cabeza, sino una pesadez que me impide pensar y coordinar las ideas, pero aun así tengo una inquietud que ha vencido todos esos obstáculos y por considerar que es de mucha importancia a ella me voy a referir, con el propósito de desenmascarar a unos avivatos que tratando de engañar a las autoridades se llevan por delante la honradez y el prestigio de muchos, cuando tratan de recuperar con engaños lo que por flojos, incapaces e inútiles perdieron, casi siempre bienes heredados de padres que fueron ejemplos de trabajo y honradez.
En este país, producto de casi 200 años de guerrilla, no de 60 como se sostiene, ha pasado de todo desde los crímenes más atroces como el asesinato del General Sucre, con la participación del guerrillero José Hilario López, hasta voladuras de acueductos y alcantarillados, oleoductos, carreteras, iglesias, colegios, clubes y genocidios, de todo, que estamos ad portas de perdonar para conseguir que por fin podamos vivir un día sin secuestro y tranquilos y para ello el gobierno ha creado leyes y mecanismos en procura de conseguir la paz.
Entre ellos se creó un cuerpo élite de la Fiscalía para Restitución de Tierras que se encarga de devolverles, cuando tienen razón, los bienes a quienes fueron despojados de ellos por la fuerza o con engaños, ya hubiera sido la guerrilla o los paracos; pero hay unos avivatos que han encontrado la oportunidad de querer engañar al Estado y así lo han creído acudiendo a esa instancia, para decirle bajo la gravedad del juramento que las propiedades que vendieron hace 30, 20, 15 o 10 años le fueron arrebatadas con engaños o violencia, cuando la verdad fue que vendieron a satisfacción, sin ninguna presión, a conciencia y a sabiendas, porque por inútiles, repito, no supieron conservar lo que recibieron de sus padres o ascendientes.
De esos hay un verdadero cartel que está quedando al descubierto y ya ha habido de parte de las autoridades competentes los primeros fallos adversos a las pretensiones mañosas y embusteras de esos bandidos, casi todos fueron de cuello blanco que hoy agobiados por las ruinas que ellos se labraron acuden desesperados a la justicia para que ésta golpee a quienes adquirieron esos bienes de buena fe, de frente y sin engaños.
Hay carteles o mafias productos de la guerra que hemos vivido, viven del Estado que les ha dado todo, casas, apartamentos, parcelas y subsidios pero no se les había ocurrido que les devolvieran lo que libremente habían vendido y lo peor, la plata que recibieron no la utilizaron bien sino que también se fue en juegos, ron y mujeres en su inmensa mayoría.
No será que la justicia oficiosamente les abrirá investigación penal por falso testimonio, inducción a error y fraude procesal por la sarta de mentiras que bajo juramento, repito, han sostenido ante ella. De pronto, ojalá así sea.
*****************************
¿Hasta cuándo vamos a tener la incomodidad los que transitamos por la carrera 6 de tener que desviarnos y no entrar a la Plaza Alfonso López porque las vallas de la Policía no los impiden. Por lo que veo ya los invasores están tramitando la prescripción para que definitivamente se queden a vivir en ese bello sitio. Por favor levanten esas vallas.