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El cartel del escalafón

El lunes dos de octubre, en un boletín de prensa (el 580) que envió la oficina de Prensa de la Gobernación del Cesar, informaron que “todos los procesos que se realizan en este departamental no tienen ningún costo económico y muchos se realizan a través de la página web de la entidad”.

El secretario de Educación Departamental, Jorge Eliécer Araujo, salió a decir en ese boletín que invitaba a la comunidad educativa a no dejarse engañar de “personas inescrupulosas que se valen de la ingenuidad de algunos, ofreciéndole ayudarles en los trámites ante la Secretaría de Educación utilizando el nombre del secretario y de otros funcionarios de la entidad”. ¿Cuáles engaños? ¿Quiénes eran los ingenuos? ¿Qué pasó?

Esta información traía una afirmación adicional: “A raíz de varias denuncias se conoció que existen supuestos ‘intermediadores’ que han estafado a algunos docentes y directivos en los que ofrecen ayuda para agilizar trámites o conseguir beneficios como nombramientos, traslados o ascensos entre otros”. ¿Intermediarios? Los intermediarios estaban en la misma Secretaría, a las cosas hay que llamarlas por su nombre.

Ayer en el noticiero La Tribuna del Cesar de Radio Guatapurí, emitió la grabación entre un supuesto docente y una funcionaria de dicha dependencia, en la que transaban un proceso para subir de escalafón a los docentes que pagaran más de cinco millones de pesos, por debajo de la mesa, “en confianza, entre tú y yo”, como se escucha en la grabación.

Semejante papa caliente tenía en las manos el Secretario de Educación del Cesar que trató de manejar con ‘guantes de seda’ tamaño caso de corrupción: ‘el cartel del escalafón’, una perversa práctica con la que la funcionaria Johana Moreno Ríos, quien estaba en el área de Evaluación de Desempeño Laboral, vendía resoluciones y títulos falsos a los docentes. ¿Quién educa a los niños cesarenses? ¿Profesores que son capaces de pagar por un título falso?
Este caso de corrupción es tan preocupante, como los que ocurren en el sector de la salud, de infraestructura, de primera infancia. Parece que no hay sector donde no se registren componendas, fraudes, desvíos de dineros públicos, tráfico de influencias, favorecimientos políticos, y pare de contar.

Los funcionarios públicos, los ejecutores de los dineros públicos, que son de todos los ciudadanos, tocaron fondo, de hecho ya traspasaron ese fondo, y están cayendo a un abismo sin fin de la corrupción. Cada día se conoce una nueva noticia que da cuenta de un nuevo caso de corrupción. En el Cesar hace ocho días los ciudadanos se persignaban al enterarse de la muerte de 16 bebes por haber recibido presuntamente un medicamente adulterado en la Clínica Laura Daniela.

¿Cuántos profesores están impartiendo clases en las aulas de clases con títulos falsos, con resoluciones compradas? ¿Desde cuándo existe el cartel del escalafón? Que caiga todo el peso de la ley contra los corruptos, que rueden las cabezas que tienen que rodar. Gobernador Ovalle limpie la casa.

 

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