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Carta de un docente a sus alumnos

Cordial saludo,
Debo mencionar el orgullo que me embarga por llamarme tu maestro: la profundidad de tus preguntas hace que replantee una y otra vez las respuestas que pretendo darte y, sólo después de muchas revisiones y reelaboraciones, mis cartas están listas para volar a tus manos.
A lo largo de la vida muchas veces has escuchado y muchas otras escucharás la expresión “te quiero”. Frente a ello es válido cuestionarse como lo has hecho: “¿Cómo saber a fondo si una persona me quiere de verdad?” Intentaré brindarte algunas ideas recogidas no de las páginas de un libro, sino de algunas experiencias propias y ajenas.
Como sabes, una persona puede sentir atracción hacia otra y no necesariamente puede eso llamarse amor. “El enamoramiento es un estado emocional surcado por la alegría, en el cual una persona se siente intensamente atraída por otra. Desde el punto de vista bioquímico se trata de un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas y cambios químicos ocasionados en el hipotálamo mediante la segregación de dopamina”. Jejeje, está bien, te lo diré en español: cuando te enamoras, sientes muchos deseos de estar al lado de esa persona, quieres intensamente que también se enamore de ti, temes más que nada que pudiera rechazarte, piensas frecuente e incontroladamente en él (ella), no logras concentrarte lo suficiente, sientes nerviosismo y aceleración cardiaca ante su presencia real o imaginaria, sientes como tuyos los deseos y necesidades del otro, centras tu atención en esa persona y la idealizas, percibiendo sólo sus características positivas. ¿Es eso suficiente para decir que le amas? No.
El amor, es mucho más que eso: el enamorado vive en las nubes y como fuera de la realidad, pero quien ama tiene los pies en la tierra y sabe que no todo es “color de rosa”. Quien ama no idealiza a la otra persona, como si se tratara de un personaje de ciencia ficción, alguien sin defectos ante cuya presencia se torna hermoso el más gris de los paisajes; quien ama realmente conoce al otro en sus virtudes y sus defectos, sabe de sus imperfecciones y las acepta, no intenta cambiar al ser amado ni modelarlo a su antojo, le recibe como un don y encuentra felicidad en hacerle feliz.
Contrario a lo que nos han dicho, el amor no es un sentimiento. Si miras con atención te darás cuenta de que los sentimientos cambian, son volubles, fluctúan: ahora estás enojado, pero en un momento estarás triste o feliz, sientes angustia pero luego será la ansiedad la que te embargue, etc. El amor no es un sentimiento, es una decisión: la decisión de aceptar y hacer feliz a una persona que posee muchas características que te hacen sentir bien cuando estás a su lado, pero que también tiene cosas que quisieras hacer desaparecer. Amar es entrega, donación, renuncia, atracción, felicidad, todo ello junto.
Finalmente, no existe una medida precisa ni exacta para el amor, pero podría ayudarte la siguiente consideración: Ama quien es capaz de entregar todo por el ser amado, si no es así estaríamos llamando amor a lo que en realidad es egoísmo disfrazado. Si quieres saber cuánto una persona realmente te quiere o cuánto realmente quieres a alguien, pregúntate primero ¿Hasta qué punto estarías dispuesto (a) a dar tu vida por ese ser? O ¿Hasta qué punto esa persona estaría dispuesta a dar su vida por ti?
Con afecto, tu profesor

Por Marlon Javier Domínguez

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