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Carta a Adolfo Meisel por el libro de ‘Las Cabezas’

Mapa en el que se pueden ver y encuadran las poblaciones con las que Mompox hacía exportaciones de productos locales.

El libro “Santa Bárbara de Las Cabezas” es un aporte extraordinario para la historia de Valledupar ya que cubre la frontera del sur y nos da un pilar sobre el cual podemos seguir construyendo. Es encantador y me devoré el libro en una sentada. Aunque me quedó  la duda al finalizarlo: ¿por qué no se menciona la ‘ruta de Jerusalén’? 

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La ruta ha sido mencionada por artículos académicos como el camino para el contrabando desde Valledupar hasta La Guajira para sacar productos al Caribe, seguramente la has escuchado antes. En el artículo que citas en el libro “Connecting the Northern Andes and the Atlantic. The role of inlands ports in the New Granada’s  interregional trade (1770-1809)”, en su apéndice presentan un mapa que he recortado y en él podemos ver que ellos encuadran las poblaciones con las que Mompox hacía exportaciones de productos locales y el tamaño del círculo es el peso relativo.  Vemos que lo que denominamos ‘el país vallenato’ concuerda con la ruta de Jerusalén de la tradición oral; comienza en El Banco, Chiriguaná, El Paso, Valencia de Jesús, Valledupar, y sube hasta Riohacha. Aunque me causa curiosidad que en este documento no menciona a San Juan del Cesar, pero sí a Fonseca.

También para esa misma época fue cuando se dio la pacificación de los ‘chimilas’ por parte de Agustín de la Sierra, abriendo el camino a dicha ruta.

Del artículo “Estructura de la ganadería en el caribe colombiano” de Adelaida Sourdis de la revista Huellas de la Uninorte cito textual su descripción: “El Camino de Jerusalén se llamaba la ruta por la cual se introducía el contrabando: comunicaba a Mompox, a través del Paso del Adelantado, con Valledupar, y de allí con Riohacha. No se sabe de dónde vino el nombre, pero así lo menciona el jesuita Antonio Julián en su libro ‘La Perla de la América, provincia de Santa Marta, publicado en Madrid en 1787. Se refiere a él como “vía clandestina, vía muy frecuentada por extranjeros…”.

Considero relevante mencionarlo porque podría haber evidencias en la documentación de ‘Las Cabezas’ sobre la ruta. ¿De pronto vendían ganado para sacarlo por la ruta, como es probable? ¿En la contabilidad que mencionas entre 1770 y 1772 mencionan el destino de las ventas? Me causa curiosidad ya que sería un mercado natural para la ganadería de la hacienda a finales del siglo XVIII.

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Por otro lado, quiero compartirte la genealogía completa de Oscar Trespalacios Cabrales con Raimunda Araújo Triana, que se puede encontrar en familySearch, y fue amplia tal como lo mencionas en el libro. Oscar tuvo dos hijos en Valledupar, Raimunda que se casó con Celso Castro Baute tal como lo mencionas, esta unión fue la más prolífica y podemos nombrar entre sus descendientes más representativos a Pedro Castro Trespalacios, Representante  a la Cámara y autor del libro clave para la historia de Valledupar: “Culturas aborígenes cesarenses e independencia de Valle de Upar”; y Pepe Castro, gobernador, alcalde y senador;  a su nieto, Mello Castro, alcalde actual de Valledupar.

Quiero aportar el dato de un hijo que no mencionas de la unión Trespalacios Araújo. A Carlos Adolfo Araújo Trespalacios que tiene el apellido traslocado porque según la tradición oral embarazó a una prima -Nicolasa Trespalacios- y el castigo de su padre fue quitárselo, por lo que sus descendientes conservan el Araújo de su madre; ellos también tuvieron una vasta descendencia. Desconozco qué sucedió con el hijo de Carlos y su prima Nicolasa.

Conclusión, agradecimientos por ese aporte tan sólido para la historia de la región.

Por: Ernesto Altahona Castro. 

Categories: Cultura
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