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Carromuleros de Valledupar esperan reconversión

Los carromuleros pretenden ser escuchados por la administración municipal puesto que en poco tiempo deben dejar de circular por las calles. En la foto Karen Luna, la única mujer en el gremio. FOTO ADAMIS GUERRA/EL PILÓN

Por Andrés Llamas Nova
andresllamasnova@hotmail.com

Karen Luna tiene 26 años, tiene 4 hijos, es bachiller, enfermera auxiliar, estudia Regencia en Farmacia, y al parecer desde hace un tiempo se convirtió en la única mujer conductora de un carromula, particular labor en la que muchos hombres de Valledupar  se desempeñan, algunos hace más de 40 años.

Hover David tiene 14 años y también es conductor de una carreta, halada por un caballo de más de 8 años; esa es la edad que tiene su “ayudante”, un niño que va por el camino de los trabajos duros, de la carga y transporte de materiales en Valledupar.

Estas dos historias se desarrollan en lugares parecidos, una en el sector de El Paraíso, carrera 4 de Valledupar y la otra en una humilde vivienda en la carrera 23, en la comuna 4 y coinciden en que hacen parte de un gremio estigmatizado, odiado por algunos e incomprendido por otros.

Quieren ser parte de la solución, no del problema: ese que a diario recorre las calles de Valledupar con cargas sobredimensionadas, sin respeto a las normas de tránsito, contribuyendo a la proliferación de incendios urbanos, basureros y escombreras, aunque no todos hagan lo mismo.

José Calderón, presidente de la Asociación de Carromuleros de Valledupar, Asocar,  agremiación activa desde hace dos años, manifestó que, en el censo que han realizado, hay 436 conductores de estos vehículos de carga, pero no son necesariamente el mismo número de carro mulas. “Algunos conductores tienen más de dos carros”, dijo.

El Gobierno emitió el Decreto 178 de enero 27 de 2012, mediante el cual establece las medidas que deben implementarse para la sustitución de vehículos de tracción animal; en uno de sus puntos el decreto indica que: “Las alcaldías municipales y distritales, en asocio con el SENA,  tendrán que promover actividades alternativas y sustitutivas para los conductores de los vehículos de tracción animal".

En Valledupar ya empezaron. Hace dos años crearon la asociación y desde entonces han venido recibiendo el acompañamiento del SENA en asuntos de capacitaciones, del Ministerio de Trabajo y el ICBF para prevenir el trabajo infantil, y de la Secretaría de Tránsito que hace más de un año les entregó 303 placas para su identificación.

La población
Según Asocar un censo realizado por la Universidad Popular del Cesar en el año 2010, indica que en Valledupar existían más de 800 conductores de carromula, y esta cifra a la fecha no ha variado, puesto que esta actividad económica requiere de un cierto tiempo para aprender a desarrollarse. 

Los barrios Mareigua, La  Nevada y los asentamientos de la margen derecha del río Guatapurí, son los sectores en donde más carro muleros hay.

La asociación 
Son 210 miembros los que hacen parte de Asocar desde que fue creada, y esta agremiación propende, según su presidente, por el respeto a las normas de tránsito, el derecho al trabajo y porque la administración municipal se dé cuenta de que existen, de que están ahí esperando que los apoyen en sus proyectos de vida. “Estamos cansados de esto y ya estamos trabajando por tener otra actividad digna”, dijo José Calderón.

Los carromuleros
En una de las ciudades más arborizadas del país, un viaje de podas le cuesta a una persona, cerca de 15.000 pesos y los carreteros hacen tres o cuatro viajes al día. “Cobra uno 15.000 o 20.000 pesos, depende del viaje. Yo boto las podas para las torres, allá arriba, detrás de Don Alberto; en Villa Olímpica me ponen problema”, dijo José Antonio Orozco.

Muchos de estos conductores no tiene ninguna otra habilidad, otros no alcanzaron el nivel académico de un escuela primaria, y han ejercido la labor durante varias décadas. Esperan que ahora que se acerca el final de los carromulas, la administración municipal los atienda y les acompañe con una solución.

Las cargas
Uno de los principales problemas de este gremio son sus cargas sobredimensionadas, las cuales representan un riesgo en la vía, tanto para ellos y sus ayudantes como para los demás vehículos. A menudo son censurados por la comunidad.

El transporte de podas es quizá el que más problemas le ha causado con la ciudadanía, los vecinos de lotes baldíos y la Policía Ambiental, que está detrás de ellos constantemente, para evitar que generen contaminación y quemen los predios que después el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Valledupar tienen que ir a apagar. “La técnica que utilizan para despejar los terrenos es prender fuego a la basura seca, en donde ya no hay espacio, y provocan riesgo y contaminación”, dijo el Cabo Ariel Romero.

La reconversión laboral
En Valledupar. la administración municipal no ha planteado propuesta alguna para los carromuleros y su inminente desaparición como carretas de carga, sin embargo algunos de ellos, miembros de Asocar aseguran haber empezado lo que podría ser un ejemplo de reconversión laboral.

“Ya estamos cansados, hay mucho adulto mayor conduciendo carromulas, ellos deberían estar descansando en su casa, algunos han estado más de 50 años en esto. Un grupo de 55 asociados hemos empezado con recursos propios un cultivo de maíz y hortalizas en una tierra arrendada por la vía a Patillal. Tenemos galpón para criar pollos y la próxima semana empezamos la siembra de melón y patilla”, dijo José Calderón.

Los carromuleros plantean un proyecto para tener máquinas trituradoras de abono y poder montar una empresa que dé solución al poco espacio donde dejar los desechos y podas, y vender el resultado para la siembra de árboles o cualquier utilidad que pueda dársele al producto. Ya están capacitándose en el manejo de podas y jardinería en zonas verdes y urbanas.

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