La gran familia Morón Cuello se encuentra de plácemes por el merecido reconocimiento que la Asamblea del Cesar, por iniciativa del batallador diputado Quintín Quintero Baute, le hizo por su abnegada y ardua labor dedicada a la educación superior por más de 40 años a Carlos Darío Morón Cuello, como detalladamente lo llama su hermano Iván de Jesús. Carlos, sencillamente le digo yo a mi cuñado, el hermano de mi adorada Mercy.
Es ese un homenaje y reconocimiento justo, que quien lo recibe se lo merece, porque su vida pública al frente de la Popular y la UDES es inmaculada, sin tachas ni manchas. Con la primera sentó las bases para que hoy sea, dígase lo que se diga, una institución respetable, con problemas superables que día a día crece y se consolida, y con la segunda, su UDES, esa sí es verdad que es su hija consentida, su pechichona, la gestó y la vio nacer y bajo su dirección permanente la ha ubicado entre las mejores del país y ya le falta poco para ver realizado su sueño de que haya médicos de esa institución echando cuchillo y salvando vidas.
Pero para mí ese homenaje a Carlos es un reconocimiento póstumo a sus padres Hernando Morón Canales y Margoth Cuello Gutiérrez: ella, con dedicación, abnegación, pulcritud y sabios consejos, y él con berraquera, sacrificios y tesón, con la ayuda de Hilva y Mercy, que desde muy temprano comenzaron a trabajar para ayudar a levantar la prole, que hoy es orgullo de esta comunidad.
Felicitaciones Carlos, gracias diputado Quintín por su iniciativa y gracias a la Asamblea por haberla acogido por unanimidad. La vida y la obra de Carlos Morón es digna de imitar, ojalá que muchos de sus estudiantes lo hagan para que en el futuro gocen de la dicha y satisfacción que a él hoy le invaden.
No hay dicha completa, siempre la terrible parca vive atravesada y esta vez nos dio duro: falleció de avanzada edad, y no de covid, Marina Arzuaga Mejia, la bella y aristocrática pacífica, de La Paz, que hace 70 años se casó co el famoso encumbrado Rafael Escalona Martínez y que fue la fuente de inspiracion para que le impusiera muchas y bellas canciones que la hicieron famosa y que bastante hemos oído y bailado. Pero no solamente por eso ‘La Maye’ fue famosa y distinguida, ella además tenía luz propia e irradiaba dulzura; charlar con ella deleitaba, repartía alegría y la mayoría de sus actos los adornaba con una sonrisa angelical, era amiga a carta cabal y fue, su gran virtud, una madre inigualable, papá y mamá, que supo sortear múltiples adversidades para levantar sus hijos Ada Luz, Rosa María, Margarita, Perla, ‘El Pirry’ y Bala, unas personas cultas y queridos por todos. Para mí Marina fue mucho, la traté, la quise, pero bastante, en rango de un familiar muy cercano, porque ella con sus actuaciones se lo ganó y con el alma herida le digo: adiós Maye, un fuerte abrazo al primo Rafael. Ada, Ocha, Margara, Negrita, Pirry y Bala, se murió Marina, nos quedan sus recuerdos y además a ustedes les quedó, como siempre, yo, José Aponte. Un paternal abrazo.
Alcalde, mis felicitaciones por su buena labor, causan rasquiña surticantes, no importa, que vaina. Eche una pasadita por la transitada carrera 11 entre 12 y 14: hay unos huequitos terribles y analice la posibilidad de continuar el bulevar de la 11 hasta la 7, así se acabaría el desmadre vehicular que ahí reina.