Por Alberto Herazo Palmera
Nuestra hermosa y querida Valledupar se despierta a diario con dos tipos de noticias a grandes titulares en la prensa local y en la radio: algún acto sangriento, el más reciente el triple asesinato en una trocha que conduce a la vereda Las Casitas, corregimiento de Valencia de Jesús, municipio de Valledupar y las defraudaciones del fisco por funcionarios públicos.
Terribles los dos porque revelan en términos de degradación moral, el descenso, hasta hoy sin retorno, hacia el abismo. Más horrendo el primero por las víctimas que se lleva, entre ellos un menor de dos años Joan Sebastián Martínez Herrera, las desgarraduras humanas que produce en la sociedad en deudos y amigos, la crueldad y sevicia que lo acompañan, pero no menos degradante el segundo, por cuanto no es el producto pasional y enardecido de una violencia que se ha ido adueñando de la entrada misma de la sociedad, sino el acto, calculado, cínico de quienes se apropian de los precarios recursos del Estado, producto a su vez del trabajo, el sudor, las estrecheces económicas de quienes lo entregan para el bien común.
El robo, la vagabundería, la defraudación, contratos que no se cumplen, las licitaciones amañadas, los costos adicionales en cada obra, las interventorías que se pagan pero no se efectúan, todo esto suscitaría en cualquier parte un estallido de ira irrefrenable. Aquí no. Hemos perdido la capacidad de protestar, de sublevarnos, de exigir cuenta a los responsables. ¿Cómo podrá combatirse esa corrupción? Sencillamente con la severidad de los organismos de control. Lo evidente, es que no podemos seguir así. ¡Carajo!.
Pasando a otro tema, una de las cosas que nos tienen indignados a los vallenatos es la inseguridad, ni siquiera las medidas encaminadas a garantizar la seguridad de los ciudadanos han impedido que la delincuencia urbana continúe. También quiero aprovechar para enviarle un recadito al nuevo secretario de tránsito doctor Alberto Antonio Ruiz Caviedes, comprendemos y sabemos que usted de un día para otro no va a resolver el grave problema de movilidad pero podría poco a poco tomar algunas medidas, por ejemplo, delimitar la entrada de los mototaxistas al centro de la ciudad, con solo esta medida se logrará agilizar la circulación de vehículos en este sector. Haga la prueba y verá. Comience por esto.
Otro recadito al nuevo secretario de Obras Públicas, sería bueno adelantar la construcción de andenes en el siguiente sector: Calle 14 entre Carreras 7ª y 4ª; y en la Calle 16ª entre Carreras 8ª y 4ª, esto es lo que podríamos llamar la revolución de las pequeñas cosas. Y finalmente, consejos para el Concejo. A este le sugiero seriedad. Arreglen su situación con el señor alcalde si es que en verdad tienen algunos roces. Demuéstrennos que merecen estar ahí, que son excelentes cabildantes, borren cualquier manto de duda, por lo menos, eviten que les apoden “¿Cómo voy yo ahí?”.