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Cansados del camino

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. San Mateo 11,28.
Todos estamos cansados a veces. Podemos cantar con el salmista Jesús Adrián Romero:

“Cansado del camino, sediento de ti. Un desierto he cruzado, sin fuerzas he quedado. Vengo a ti. Luché como soldado y a veces sufrí y aunque la lucha he ganado, mi armadura he desgastado. Vengo a ti. Sumérgeme en el río de tu Espíritu, necesito refrescar este seco corazón, sediento de ti”.

La vida es dura y el camino es sinuoso. Estamos cansados de intentar mejorar nuestras condiciones de vida. Cansados de tratar con alguna enfermedad. Cansados de luchar por la armonía familiar. Cansados de estar solos y remar contra la corriente. Incluso, podemos estar haciendo lo que nos gusta, pero si no tenemos cuidado podemos perder la pasión y permitir que el tedio y el cansancio toque a las puertas de nuestra existencia.

Estar cansado significa perder el disfrute por las cosas sencillas de la vida, perder el placer que me produce tomar la mano de Dios y avanzar hacia mi propio destino. Cuando hemos luchado por algo durante un largo período y la batalla continúa podemos caer en la fatiga.

Amados amigos lectores: De camino hacia nuestras victorias, siempre afrontaremos la prueba del cansancio. Seremos tentados a desalentarnos y abandonar, dejando desbaratados los planes y proyectos; y es justamente ahí, en medio del desaliento, cuando nos llega la prueba y somos más vulnerables frente a las circunstancias y las adversidades. Si permitimos que nos llegue el cansancio y perdemos la alegría del avance, seremos tentados a tomar decisiones basándonos en lo que sentimos en lugar de basarnos en lo que sabemos.

El profeta Isaías, da una maravillosa promesa para todos los cansados: “Los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”. Estaremos de acuerdo en que el secreto es: ¡Esperar en el Señor! Cuando lo hacemos, Dios promete renovar nuestras fuerzas, nuestra energía, pasión, visión y vitalidad.

Puede que enfrentemos grandes obstáculos, para muchos el futuro puede ser incierto y abrumador. Por ejemplo: Estamos cansados de la polarización sobre la respuesta al plebiscito, esto genera una profunda división entre nosotros. ¡Esperemos en el Señor! Dios sigue sentado en su trono de gloria y que yo sepa, nadie lo ha quitado de allí. Creemos y confiamos en un Dios interviniente e interactivo; no en un Dios pasivo, lejano y distante. ¿Podremos esperar en el Señor o nos cansaremos y abandonaremos hoy? Cada día traerá su propio afán y Dios hace nuevas sus misericordias cada mañana.

La preocupación excesiva, nos abate y evita que disfrutemos de la vida y los amigos. Dios sigue en control y tiene un plan especial para nuestras vidas. Mi petición hoy es que permanezcamos fuertes, no nos cansemos. Sigamos creyendo. Sigamos esperando. Sigamos esforzándonos por ser mejores cada día. Si permanecemos en el camino, recibiremos recompensa de parte de Dios.

Casi siempre, cuando estamos más cerca de alcanzar nuestras victorias, afrontamos la mayor presión en contra. No nos cansemos demasiado pronto, no nos desalentemos, no nos quedemos parados en el sitio donde estamos. ¡Levantemos alas como las águilas, caminemos, corramos! Prosigamos y dejemos atrás el dolor y la incomodidad. Dejemos atrás los sentimientos negativos.

Dejemos atrás el cansancio y recuperemos la pasión y el fuego por las cosas buenas de la vida. ¡No nos arrastremos por la vida, cansados y derrotados, levantemos el vuelo! Abrazos y muchas bendiciones en Cristo.

Valerio_Mejia_Araujo: