En la capital del Cesar, la manera de jugar fútbol ha ido cambiando. Aún existen las canchas de tierra en la ciudad, donde el barro se mezcla con el sudor de los jugadores.
Sin embargo, con el crecimiento acelerado de la ciudad, en aras del progreso, la remodelación de las canchas parece algo inevitable.
El primer escenario deportivo que sufrió la metamorfosis de pasar a ser una cancha de tierra y polvo a ser un escenario con gramado artificial fue la cancha del barrio Doce de Octubre.
Este escenario deportivo y 14 más son administrados por el Instituto Municipal de Deporte y Recreación (Indupal), ente que tiene como director a Elmer Jiménez Silva.
Otro de los escenarios deportivos histórios que fue dotado con grama sintética fue la cancha de Las Flores, que actualmente tiene el nombre del portero de Atlético Nacional, José Fernando Cuadrado.
En años anteriores la afluencia de campeonatos era importante al tener equipos de todas partes de la ciudad, sin embargo, con la transformación de las canchas los equipos deben ahora pagar para usarlas, situación que ha generado inconformidad en la comunidad futbolera de bajos recursos.
A todo esto, la construcción de escenarios deportivos con canchas sintéticas ha tenido pros y contras. Consultamos a varios organizadores de torneos en las diferentes comunas y las opiniones son divididas, ya que el primer obstáculo que encuentran algunos son los cobros para el mantenimiento de las canchas.
Adriana Quintero, quien organiza torneos en el barrio La Victoria, asegura que el cambio de jugar en cancha de tierra a cancha sintética al principio fue difícil, pues los clubes que jugaban en sus torneos solo debían preocuparse por pagar todo lo que hacía referencia al torneo, y ahora deben aportar más dineros para pagar por el préstamo de las canchas. Para realizar campeonatos en canchas de grama sintética debe pagar una suma entre 26 y 30 mil pesos la hora, y los precios varían de acuerdo al momento del día el tipo de torneo.
Uno de los campeonatos históricos es el que se realiza en el barrio Francisco de Paula. Los organizadores de este certamen también se han sentido inconformes por la construcción de escenarios con gramado sintético, cosa que ocurrirá con la cancha en donde juegan el Campeonato Sénior Master como atractivo principal.
Y mientras en algunas comunas de la ciudad se quejan por la remodelación de los parques, en otros sectores han tomado la situación con naturalidad. En el barrio La Nevada, tanto la cancha de fútbol siete como la de fútbol nueve siempre está atiborrada de jugadores que llegan para disputar la famosa ‘Línea Afuera’, así como de entrenadores que arriban con sus equipos, muchos con juveniles para realizar sus prácticas deportivas en las horas de la tarde.
Con las primeras canchas que se construían en Valledupar, empezaron a aparecer las primeras supuestas afectaciones en la salud de los jugadores, por esta razón EL PILÓN consultó al preparador físico del Valledupar Fútbol Club, Nobel Zúñiga, quien entregó su concepto desde la parte médica de lo que produce para el cuerpo jugar en este tipo de superficies.
“El primer inconveniente con el que se encuentra un jugador es la caída. Debe tenerse en cuenta que no es lo mismo caer en una cancha con gramado natural que caer en una cuya base está formada por concreto rígido, por tal motivo, el impacto al cuerpo o a los huesos se siente más”, explicó Zúñiga.
“Otro de los factores que se debe analizar es que las articulaciones hacen un esfuerzo importante y de ahí vienen las afectaciones en los meniscos (huesos que dan la fijación en las rodillas), los ligamentos cruzados anteriores y posteriores. En fin, lo que corresponde al aparato articular termina sufriendo por el esfuerzo realizado, añadió el preparador físico del Valledupar Fútbol Club.
Zúñiga fue contundente a la hora de entregar un mensaje con respecto a la utilización de los escenarios con gramado sintético. “Yo no estoy en contra de las canchas sintéticas, pero son un riesgo para la salud, sobre todo para los niños, quienes desde muy temprano inician su actividad deportiva en estos terrenos y eso a la larga termina afectándolos. Jugar en cancha sintética es muy diferente a jugar en un escenario con gramado natural, pues el balón tiene un comportamiento singular debido a la superficie de los terrenos. En el gramado sintético el rebote es más rápido y la transpiración es más constante”, complementó Nobel Zúñiga.
Por parte de la Secretaría de Obras Públicas no habrá más proyectos de construcción de canchas con césped artificial para este año, pero en los proyectos que están en marcha en Valledupar se entregarán las canchas sintéticas de los parques de Chiriquí, Altos de Confacesar, Bello Horizonte, Villa Haydíth y La Provincia.
En nuestro país el caso más recordado de un equipo profesional que tuvo cancha sintética fue el de Atlético Bucaramanga, equipo que jugó con gramado artificial en el estadio Alfonso López desde 2006 hasta 2016.
Otro de los equipos que jugó con gramado artificial fue Academia Fútbol Club. Este equipo bogotano jugó en la cancha Compensar durante toda su estancia desde 2005 hasta 2012.
Actualmente, Llaneros Fútbol Club, equipo de la segunda división del fútbol profesional colombiano, juega en el estadio Macal, el cual está conformado por gramado sintético, siendo el único equipo profesional que sigue usando el gramado de este tipo.
Mientras los equipos profesionales que han jugado con gramado sintético están optando por instalar cesped natural, en las ciudades de nuestro país y especialmente en Valledupar, los parques son construidos con canchas sintéticas lo que ha generado opiniones encontradas entre organizadores de torneos, jugadores e Indupal, quien se encarga de mantener en buen estado los escenarios para que se siga practicando el hábito del deporte en esta ciudad.
Por: Robert Cadavid / EL PILÓN