Esta semana, el Canal de Suez, 193 km (120 millas), que conecta el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo y proporciona el enlace marítimo más corto entre Asia y Europa, inaugurado en 1869, por donde transita el 12 % del comercio mundial, fue motivo de inspiración para la creación de graciosos memes, pero también suscitó el debate sobre las implicaciones e impactos al comercio mundial, la globalización, la seguridad alimentaria y la influencia que ejerce el cambio climático en el desarrollo del intercambio comercial.
Un solo barco, el Ever Given, pero uno de los más grandes del mundo, puso en suspenso al sistema de comercio mundial. La mayoría de las empresas piden justo lo que necesitan, lo que se conoce como sistema justo a tiempo, en aras de ahorrar dinero al no tener que almacenar artículos adicionales. Sin embargo, allí yace un problema cuando fallan los sistemas de transporte.
Estimaciones económicas debido al bloqueo del canal indican que las pérdidas alcanzaron los 9 mil millones de dólares por día, el atasco generó una acumulación de alrededor de 400 barcos que luego de la reapertura del canal están llegando a puertos que no pueden manejar todo el tráfico a la vez.
Obstrucción del Canal de Suez advierte necesidades de anticipación debido a la insoslayable exacerbación que puede generar el cacareado cambio climático en los próximos años. Esta problemática impacta al sistema de comercio global y enfatiza en la seguridad alimentaria. Para ponerlo en perspectiva, Estados Unidos importa alrededor de 140 mil millones de dólares en alimentos al año, provenientes de todo el mundo. Las importaciones de productos agrícolas solo desde Australia totalizaron 3.5 mil millones de dólares en 2019.
La humanidad se concentra en la búsqueda de alternativas al comercio marítimo para garantizar la cadena de suministro. Quizás en principio la globalización consideró que el tránsito de las mercancías no representaba ningún problema; pero la realidad es otra, un solo barco puso de rodillas el comercio mundial.
Dentro de las oportunidades el replanteamiento de la globalización habilita la discusión sobre la regionalización de las economías, caso ejemplarizante lo constituyen America Latina con Estados Unidos, regiones en las que históricamente ha existido vínculos de socios naturales. Esta tendencia, que los economistas llaman “nearshoring”, podría ser la mejor oportunidad en décadas para que los países latinoamericanos se conviertan en exportadores mucho más grandes. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, América Latina podría ganar 70.000 millones de dólares adicionales al año en exportaciones si tan solo lograra reemplazar el 10 % de las exportaciones de China a Estados Unidos.
El llamado al replanteamiento del comercio binacional y de los mecanismos de articulación política, económica y de cooperación entre varios países no debe mantener la explotación descarada de recursos naturales ni tratados comerciales desventajosos, asimismo, la coyuntura también invoca que en America Latina deben darse con mejores resultados el combate a la corrupción, el fortalecimiento del Estado de derecho y la mejora de sus puertos, aeropuertos y conexiones de internet, solo así es posible adoptar a las empresas que buscan domicilio fuera de China.
Por: Luis Elquis Díaz