El propósito es mostrar los esfuerzos y aportes que se hizo desde los territorios, como estrategia pedagógica, política y cultural para abordar e incentivar la reconstrucción de la historia, desde los lugares apartados de Bogotá; con sus protagonistas.
En el imaginario patriótico se cree que Boyacá es la Independencia de Colombia. Si se quiere que la información sea un factor fundamental, hay que propiciarla desde los actores, recogiendo datos escritos y de la oralidad, que resignifica y sirve como elemento resiliente para el país. Lo anterior desde una lectura histórica-crítica, que contribuya al pensamiento y orgullo de ser colombiano.
En esas, escribo sobre dos héroes olvidados del Valle de Upar. Los españoles Manuel de Torres y Nicolás Baute, que llegaron por diferentes vías, y se encontraron en este locus amoenus. Se casaron con vallenatas y fueron defensores de la causa independentista.
Aquel 7 de agosto de 1819 se logró derrotar al ejército español. Pero para referimos al Bicentenario se hace necesario mencionar las contribuciones ideológicas, políticas, económicas, militares, culturales de criollos, indígenas y negros. Nicolás Baute participa y firma el Acta de Independencia de Valledupar, en 1813, con María Concepción Loperena de Castro Fernández, y muchos más. Casado con la señorita valduparense Josefa María Borrego inicia el árbol genealógico de los Baute. José Manuel Baute Borrego, el segundo de tres retoños, en unión libre con Luisa Redondo, concibieron a Nicolás y Calixto Baute Redondo.
Manuel de Torres se había instalado en Tenerife, sobre el río Magdalena, donde organiza su primera ganadería, luego funda otras en Valencia de Jesús, cerca de Valledupar. En esta ciudad se casa y establece su hogar. Aún se conserva la que fue su vivienda en la plaza Alfonso López, y los nombres de sus haciendas: ´Zambapalo´ y ´Filadelfia´.
Torres inclinó su simpatía hacia la causa independentista, por la carga de impuestos que decretó la Corona española, hasta tildarlo de subversivo. Golpeado por la confiscación de algunos de sus bienes e impedimento de la actividad del comercio pecuario.
Deja su familia en Valledupar y viaja a Estados Unidos, como agente enviado por los países hispanoamericanos, una vez iniciada la guerra de Independencia para procurar el reconocimiento de este país, como lo hicieron Venezuela, Argentina, México. Ejerce diplomacia a favor de la Nueva Granada de Colombia ante el gobierno del presidente estadounidense Monroe, que lo recibe el 18 de junio de 1822, protocolizan el reconocimiento oficial de Colombia como nación independiente.
El apellido Torres no se prolongó porque Manuel no tuvo descendencia masculina: sus hijas Petronila, con Calixto Baute Redondo (nieto de Nicolás), procrearon a Nicolás, Julio y José Manuel Baute Torres. Que tuvieron sus hijos en El Paso, Chiriguaná y Los Venados. Ana Joaquina, casada con Luis Murgas, procrearon a Ana de los Remedios Murgas Torres, que a su vez se casó con Pedro Manuel Ortega, ellos engendraron, entre otros, a Manuel de Jesús Ortega Murgas padre del Dr. Carlos Rodolfo Ortega Montero.