Cuando en el país se habla de finalización del conflicto armado, de víctimas y de entrega de armas de la guerrilla de las Farc como inicio para el largo camino hacia la paz, en el departamento del Cesar se dio un paso importante al realizarse el primer acto público de perdón por parte de un ex paramilitar del frente ‘Mártires del Cesar’, con sus víctimas en el municipio de Pueblo Bello.
Importante porque se puso a prueba la templanza de las víctimas, la eficacia de la Ley 975 de 2005 (Ley de Justicia y Paz) y la sinceridad del victimario, que pidió perdón por los delitos de desplazamiento, homicidios y desaparición forzada cometidos mientras hizo parte de este grupo del Bloque Norte de las Auc.
El perdón es una decisión personal e íntima y no está obligada la victima a aceptarlo si su victimario se lo pide, fue una de las claridades que desde la Unidad de Atención a Víctimas les hicieron a los asistentes a este acto público que ordenó la sentencia de los magistrados del Tribunal de Justicia y Paz de Bogotá. Hay que reconocer la gallardía de las víctimas, que bien pudieron rechazar este acto frente a frente con su victimario, como lo hicieron las víctimas de Jorge Iván Laverde Zapata, alias ‘El Iguano’, comandante de los frentes Fronteras y La Gabarra de las Autodefensas Unidas de Colombia en Cúcuta, Tibú, La Gabarra y otros municipios de Norte de Santander, que prefirieron hacer un video titulado ‘Que Dios los perdone’ como medida de satisfacción.
La jornada realizada en Pueblo Bello con Andrés Mauricio Torres León, alias ‘Zeta Uno’ o ‘Jesucristo’ fue una prueba para la institucionalidad que debe pensar desde ya en esos escenarios de paz que se repetirán con más frecuencia en la región porque pronto vendrán más sentencias de la magistratura de Justicia y Paz, especialmente porque las medidas de satisfacción a las víctimas son más intangibles que tangibles, más enfocadas a saber la verdad de parte de los victimarios.
Es importante por ello que los alcaldes de todos los municipios cesarenses estén a tono con la Ley 1448 de 2011 (Ley de Víctimas), que reconozcan y asuman su rol en el marco de esta y no dejen a la deriva a las familias víctimas del conflicto armado que habitan en sus poblaciones. Solo Valledupar alberga a 118 mil de las más de 330 mil víctimas que están registradas en el Cesar.
Hoy somos testigos del proceso de desmovilización de los paramilitares, que incluye los actos de perdón y aunque muchas personas están preocupadas porque ya se cumplió el término de la pena alternativa que determinó la Ley 975 y pronto saldrán de las cárceles los temidos jefes paramilitares, es una dura prueba que debe superarse, sobre todo si se firma la paz en La Habana, Cuba, porque seremos participes de un nuevo proceso de desmovilización, en este caso de las Farc. ¿Estamos preparados para perdonar? ¿Seremos capaces de convivir con las personas que un día nos hicieron sufrir? Aunque el victimario que pidió perdón ayer en Pueblo Bello a 49 personas no era un comandante de alto rango en el frente ‘Mártires del Cesar’, este fue un acto significativo y valioso para la construcción de paz.