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Cambio climático y crisis alimentaria

Un informe del panel científico de las Naciones Unidas sobre el cambio climático advierte que será imposible mantener las temperaturas mundiales a niveles seguros a menos que los humanos cambien la forma en que producen alimentos y usan la tierra. Reducir las emisiones de carbono de automóviles y fábricas no será suficiente para evitar una crisis alimentaria mundial.

El informe, publicado este mes por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, describe cómo el calentamiento global ya está exacerbando la inseguridad alimentaria al destruir los rendimientos de los cultivos, disminuir la productividad del ganado y aumentar las plagas y enfermedades en las tierras de cultivo.

El panel dijo que el calentamiento a partir de los 2 grados centígrados podría desencadenar una crisis alimentaria internacional en los próximos años. Julio pasado fue el mes más caluroso jamás registrado, con temperaturas globales de hasta 1.2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan al ritmo actual, en aproximadamente 20 años la atmósfera se calentará en 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.

El sistema alimentario mundial contribuye hasta el 37% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, principalmente a través de la cría de ganado, el cultivo de arroz y la adición de fertilizantes a las tierras de cultivo. La agricultura y otros usos de la tierra, que producen alrededor del 23% de las emisiones causadas por el hombre, han aumentado la erosión del suelo, mientras que la deforestación y el importante desperdicio de alimentos han aumentado aún más las emisiones de carbono.

El informe propone soluciones: aumentar la eficiencia de la forma en que producimos alimentos al aumentar la cantidad de alimentos por hectárea de tierra, por kilo de nitrógeno y por litro de agua, contener la demanda excesiva de alimentos que requieren muchos recursos, reducir el desperdicio de alimentos, que representa más de una cuarta parte de todos los alimentos producidos, y la detención de los planes de drenaje para restaurar las tierras. Otra medida incluye el cambio hacia dietas menos intensas en carne para reducir las emisiones de metano.

Estas tendencias temerarias deben ser advertidas en el Departamento del Cesar, a través de la secretaria de agricultura, probablemente, la mejor gestionada mediante el programa “El cesar Siembra”, con el fin de liderar la implementación de los lineamientos desarrollados por los pronósticos y análisis de la denominada Nueva economía del clima,  entendiendo que el desarrollo rural y la productividad en el uso de la tierra determinarán si el mundo es capaz de alimentar a una población estimada de ocho mil millones para el 2030, manteniendo al mismo tiempo entornos naturales.

En este hecho portador de futuro, el departamento del Cesar, cuenta con ventajas comparativas extraordinarias para rescatar su otrora vocación agropecuaria y para participar en la oferta del mercado de alimentos mundial. El desafío ambiental que afronta el mundo parte de la independencia económica de los combustibles de origen fósil, porque son productos no renovables y en vías hacia el desuso según varias proyecciones. Soslayar las realidades de la humanidad constituye pérdida de oportunidades, pero garantiza el recrudecimiento de la crisis social y económica que padece el territorio.



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