Por: Imelda Daza Cotes
La Convención Marco de las Naciones Unidas define el Cambio Climático como las alteraciones del clima y de la atmósfera mundial provocadas por las actividades que desarrollamos los humanos y por causas naturales inherentes al sistema mismo. Todos los habitantes del planeta estamos expuestos a padecer las consecuencias de estos fenómenos y ciertamente las catástrofes se suceden con preocupante frecuencia. Esto ha despertado el interés por el tema y ha dado lugar a innumerables encuentros, seminarios, conferencias y cumbres. Acaba de concluir en Doha, Catar otra Cumbre del Cambio Climático, sin resultados que vislumbren rectificaciones ni nuevas políticas. El único resultado visible es la ampliación hasta 2020 del tratado de Kioto que Estados Unidos no ha ratificado y del que ahora se desvincularon Rusia, Japón, Canadá y Nueva Zelandia. Es bueno anotar que los países comprometidos con los términos del tratado sólo son responsables de un 15% de las emisiones contaminantes; quiere decir que los culpables del 75% de la contaminación ni siquiera reconocen su responsabilidad. O sea, lejos de avanzar parece retrocederse en el camino a las soluciones de tan grave problema
La organización Greenpeace se ha esforzado por alarmar acerca de que lo que está en juego es la seguridad del planeta y la supervivencia de la especie humana. Han advertido que estamos llegando “a los límites ecológicos y de disponibilidad energética del planeta”
Los paises ricos se comprometieron a subsidiar a los países pobres donde ocurran los desastres naturales como si se trata de hechos imposibles de controlar y como si no fueran precisamente ellos los responsables de los mismos. No se trata de ayudar con limosnas, se trata de asumir la responsabilidad plena porque el cambio climático es consecuencia directa de un modo de producción que se ha empeñado en esquilmar al planeta. A lo largo del siglo XX se pasó de un mundo casi “vacío” a un mundo repleto de cosas, sostenido en un modelo productivo de continua expansión, de crecimiento constante, inspirado en un proyecto de vida que implica un consumo ilimitado sostenido por unos recursos naturales limitados. Ciega y tercamente se ha creido que esa expansión económica permanente es posible, que el PIB de cada país debe y puede crecer sin parar, esa sigue siendo la meta de cada gobierno en cada país. Todo es una falacia. Ese es un mundo inviable. Ese crecimiento permanente implica un uso creciente de toda clase de recursos extraidos de la naturaleza que son limitados, se agotan
La expansión económica se sostiene sobre la ampliación de un consumo que ha llegado a niveles insospechados; el consumidor compulsivo ha sido elevado a los altares y a mayor consumo más cantidad de basuras y mas contaminación. El círculo vicioso envuelve a muchos, el consumidor es casi siempre un trabajador que manipulado por el afán consumista que promueven los medios, dedica cada vez un mayor porcentaje de sus ingresos al consumo de bienes suntuarios. Se generan asi mas frustraciones que satisfacciones
La situación actual amenaza el futuro de la vida humana. Los responsables son los detentadores del poder económico mundial, dueños del saber y del tener, los mismos que convocan las cumbres de cambio climático y evaden los compromisos. Conquistaron el mundo, sometieron a los pueblos y con ayuda de la tecnociencia dispusieron del planeta y de sus recursos sin que les importaran las consecuencias
De continuar esta tendencia de crecimiento económico, incremento poblacional, industrialización, contaminación ambiental y deterioro de la naturaleza, el planeta llegará al límite de resistencia a finales del presente siglo, porque estamos usando el equivalente a planeta y medio para disponer de los recursos que demanda la producción de los bienes que consumimos
Es posible que los niños de hoy sean testigos de un obligado cambio de rumbo. La espiral del crecimiento sostenido tiene que detenerse, la producción tiene que reducirse y ajustarse a las necesidades de todos. Es hora de empezar a preguntarse que es eso del decrecimiento.