Hablar de la vida musical de Calixto, es como hablar del universo creado por Dios. Aunque mucho se ha hablado de este genio hoy en sus 80 Años quiero referirme al hombre y al compositor, como una persona que poco a poco fue conquistando el universo musical porque fue demostrando su inteligencia prodigiosa e innata, regalo recibido por el Ser Supremo. Sus amigos, paisanos y en general el pueblo Colombiano agradecemos a la vida porque este gran genio aún nos acompaña.
Qué felicidad que en sus 80 años nos encontremos disfrutando de sus canciones inolvidables que han hecho sentir, gozar y enamorarse a jóvenes y adultos. Sus obras maestras siempre estarán en nuestras mentes y corazones porque son realidades y vivencias experimentadas en el trasegar del hombre juglar, es por ello que aún le canta al Amor, a la Vida, a las mujeres, a la naturaleza, a los carros y hasta la muerte.
En el año de 1967, Calixto Ochoa, en una de sus giras vino a Valledupar, para amenizar dos bailes en la caseta Macondo de propiedad de Delio Cotes, con los corraleros de Majagual, todos los integrantes se hospedaron en el Hotel Londres, igual que Calixto, quien llego después de las 5 P:M, de la tarde, en su Willys bautizado por él como el “Conquistador”, este vehículo también fue objeto de inspiración del gran maestro con una canción cuyo coro es así: Wipipi pita para llegar, Wipipi cuando ya me voy, Wipipi esa es la señal Wipipiwipipi del conquistador; también le compuso a un Toyota y a un Nissan Patrol.
Ese día tuve la oportunidad de conocer a este juglar de la música vallenata y genio de la canción Colombiana, quien muy gentilmente y por su humildad que lo caracteriza nos invito a la Sala de Visitas del hotel, brindamos con un refresco que compartimos muy a meno. Un amigo de estudios, le dijo: Calixto, Alonso compone y canta, entonces me sometió que le cantara una de ellas titulada ‘Niña Ingrata’.
Ya en Valledupar se hablaba de la realización del Festival Vallenato y fue cuando en 1968, se inaugura el Primer Festival, organizado por Consuelo Araújo en compañía de Alfonso López Michelsen, Rafael Escalona y un grupo de amigos. Se inició el Primer festival con mucha extrañeza observé que con el talento de este juglar no hubiera participado en los dos primeros festivales, no obstante en Junio de 1970 nos sorprende con su inscripción para concursar en el tercer festival. Llego la hora de participar, me convertí en su guía debido a que se hospedó en el Hotel Central a dos cuadras de mi residencia.
En una de las visitas antes de iniciarse el concurso me dijo: aquí estuvo Jorge Oñate y Emilianito Zuleta y me comentaron que se iban a presentar porque se sentían preparados para esa dura competencia, e iban a coronarse como Rey Vallenato, Calixto les respondió que también tenía el mismo propósito e iba a presentar cuatro canciones: Paseo -Gavilán castigador, es la contestación a ‘Palomita Volantona’. ‘Puya regional ‘se refiere que su carrito viejo lo cambió por un terreno, el Son ‘La interiorana’, cuenta de una joven de Las tablas que fueron enamorándose en la medida que se miraban, y el Merengue ‘El Veterano’ se refiere a que un amigo le dijo que andaban diciendo que él no tocaba vallenato por andar con los Corraleros de Majagual por eso esta composición inicia así:
“Por eso es que a mí me extrañó eso me lo dijo un amigo
Que ya yo me estaba olvidando de la música regional
Eso no tiene nada que ver que yo interprete ritmo movido
Si siempre he conservado el estilo, como se toca en Valledupar”
En el desarrollo del concurso tocó otras canciones y en horas de la tarde, pasa ese gran amigo amante del folclor, Darío Pavajeau, y nos fuimos en su camioneta y al cruzar la esquina del convento, Calixto comenzó a tocar Lirio Rojo con la grata sorpresa que en la puerta de su casa se encontraba sentado Lucas Monsalvo, quien al verlo en plena ejecución de su acordeón, se puso de pié y con los brazos en alto le dijo: Bienvenido! serás el tercer Rey Vallenato. Seguimos a Radio Guatapurí donde se encontró con Enrique Díaz, quien pasaba por buen momento, interpretando el merengue la ‘San Marquera’, la expresión de Calixto fue: “Ese es un gran acordeonero”, pero al tocar Calixto, su gran talento se imponía. Salimos de Radio Guatapurí y nos fuimos para la casa de Carmen Núñez, mamá de Fausto Cotes, estando allí después de varias horas de parranda se presentó el Gran Colacho Mendoza, que con su canto y acordeón hicimos una buena parranda.
Se inicia el Festival y después de varios días de concurso se corona III Rey Vallenato, festejando este galardón con varias parrandas en Valledupar, Codazzi, La Paz y por último, su tierra natal Valencia de Jesús.
Cuando lo despedí en el Aeropuerto Alfonso López, me dijo: “aquella canción que me entregaste te la voy a grabar porque es buena y me has demostrado ser un buen amigo.
Por Alonso Sarmiento Araújo