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Brigadistas forestales comunitarios en Perijá

La práctica del tumbe y quema es una de las más utilizadas por los campesino en los bosques, poniendo en riesgos y deteriorando los suelos, además de contaminar el ambiente y los recursos naturales. EL PILÓN / Archivo.

La temporada seca deja pérdidas que hoy analizadas por parte de la Oficina de Gestión de Riesgo del Cesar, porque desde inicios de 2015 se presentan las condiciones propicias para la propagación de incendios forestales situación que golpea a este departamento, en particular a La Jagua de Ibirico.

El municipio ha mostrado picos de alerta y alarmas, por esa razón fue creada una estrategia para hacer frente y contribuir con la disminución y prevención de este tipo de eventos, se trata de ‘Brigadistas Forestales Comunitarios en la Subcuenca del Tucuy y Sororia’.

Este grupo de 40 brigadistas forestales formados entre 2010 y 2014 en desarrollo del Programa de Compensación Forestal implementado en la subcuenca Tucuy y Sororia en cumplimiento de las empresas mineras Colombian Natural Resources, Grupo Prodeco, Drummond Ltda. y Norcarbón, operado por la Fundación Pro-Sierra Nevada de Santa Marta, se han convertido en una herramienta fundamental en cada una de las veredas donde se presentan las emergencias.

Las veredas Alto de Las Flores, Nueva Granada, Zumbador, Argentina Norte, Argentina Sur, La Esperanza, Sororia, Guarumera y Sororia Alto, cuentan con gente de su propia comunidad adelantando con éxito un proceso de prevención de incendios a través de la sensibilización y educación comunitaria que cada vez más es apropiada por los habitantes dueños de fincas, logros que fueron compartidos recientemente en un intercambio de resultados y fortalecimiento que contó con la participación de Horacio García de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, y Ricardo Cuadro de la Unidad de Gestión de Riesgo del municipio de La Jagua de Ibirico.

Con la consigna de ‘Prevenir es mejor que lamentar’ estos Brigadistas Forestales inician su rol de sensibilizadores en la comunidad durante toda la temporada seca para afianzar conocimientos sobre las consecuencias y efectos de los incendios, los protocolos y mecanismos como son utilizar el tumba y pudre en la preparación de terrenos, dejar a un lado prácticas poco amigables con el ambiente como el tumbe y quema, con la que no solo se corren riesgos, sino que se empobrecen los suelos, se contamina el ambiente, se ponen en riesgo la salud y los recursos naturales.

En el rol de brigadista forestal está establecer sanciones, trazar compromisos y otorgar responsabilidades ante una ocurrencia de incendios.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
carlos.jimenez@elpilon.com.co

 

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