El Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) acaba de decidir por unanimidad extraditar al capo Marcos de Jesús Figueroa García, uno de los mayores narcotraficantes de las últimas décadas y capturado por la Policía colombiana en una operación con las autoridades de Brasil en Boa Vista, hace exactamente un año.
La extradición de ‘Marquitos’ está condicionada a un compromiso por parte del Gobierno colombiano de aplicarle una condena de hasta 30 años de cárcel, el máximo castigo que aplica el Código Penal brasileño.
‘Marquitos’, líder de una organización criminal que operaba en los departamentos colombianos de Cesar y La Guajira, en la frontera norte con Venezuela, es investigado en su país por cerca de 250 homicidios, entre ellos los de tres políticos, según informó el Tribunal en un comunicado.
También es acusado en Colombia por delitos como narcotráfico, porte y tráfico de armas de uso privativo de las Fuerzas Militares. Según las autoridades colombianas, Figueroa está vinculado con las muertes de los esposos Henry Ustáriz Guerra (2008) y Yandra Brito, exalcaldesa de Barrancas (La Guajira), ocurrido en 2012, año en que también fue asesinado el exdiputado Efraín Ovalle Oñate.
Las autoridades colombianas también sospechan que la banda de Figueroa tenía vínculos con algunos sectores de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y de la violenta banda de narcotráfico mexicana conocida como Los Zetas.
Colombia había enviado en noviembre de 2014 dos pedidos en extradición a Figueroa, pero solo hasta ahora la justicia brasileña anunció la decisión. A comienzos de 2015 trascendió que Estados Unidos trabajaba en recopilar pruebas del tráfico de estupefacientes que le atribuyen por la Costa y Venezuela para pedirlo en extradición.
El presunto narcotraficante fue arrestado por la Policía Federal brasileña en la ciudad de Boa Vista, capital del estado amazónico de Roraima, el 22 de octubre de 2014. La captura de Figueroa fue posible gracias a la colaboración de la Policía Nacional de Colombia y la Policía Federal brasileña, que descubrieron su paradero gracias a escuchas telefónicas hechas a ocho mujeres que viven en la frontera entre Colombia y Venezuela y con las que Figueroa tendría un total de catorce hijos.
REDACCIÓN EFE