X

Biografía de La Vieja Sara  a Leandro Díaz

Treinta y seis años después de haber nacido La Vieja Sara, la mamá de Emiliano Zuleta Baquero, nació el ciego compositor Leandro Díaz Duarte. Ella nació en La Jagua del Pilar, pero a los meses se la llevaron para El Plan y él es oriundo de Hatonuevo, ambos guajiros.

La Vieja Sara, abuela de los Hermanos Zuleta e hija de Cristóbal Zuleta, uno de los músicos más completos de su época, también era bisnieta de Andrés Salas, hijo de un comerciante oriundo de España quien vivía en Chimichagua, Cesar. Sara Baquero era hija de Santa Salas Perea.

Leandro Díaz Duarte, ciego de nacimiento, también proviene de una humilde familia de músicos de La Guajira, es uno de los más importantes del folclor vallenato. 

Entre sus cientos de composiciones vallenatas hizo la canción ‘Matilde Lina’ para dedicársela a su pretendida Matilde Lina, una encantadora muchachita hija de Pedro Negrete y Adelaida Soto, quienes residían cerca de la casa de la Vieja Sara, en el corregimiento de El Plan. Tal vez esa era la verdadera razón que tenía Leandro para ir a ese caserío a cada rato. Pero, aunque los versos deslumbraron a muchas muchachas de la época, Matilde nunca accedió a sus pretensiones.   

De Leandro se recuerda aquel verso de la canción ‘Dios no me deja’: “Yo nací una mañana cualquiera / allá por mi tierra, día de carnaval / pero ya yo venía con la estrella / de componer y cantarle a mi mal (Bis). 

Yo no me atrevo a decir cuál es la canción cumbre de Leandro, todos sus versos guardan sentimientos fieles a su gran obra musical. Pero, La Vieja Sara, quien sabía de música, era admiradora de él, de eso hay un testimonio de una parranda en El Plan con “Poncho” Cotes, Beltrán Orozco, Andrés Becerra y Rafael Escalona, a quien quiso como su propio hijo. 

Varias veces entrevisté a Leandro. Una vez en Manaure me dijo que la primera vez que llegó a Manaure (Cesar) fue en 1953, a unas fiestas de la Virgen del Carmen de la cual era devoto, también patrona de su pueblo Hatonuevo.

“En esa oportunidad me hice muchos amigos con mis simples cantos y mis simples versos y al año siguiente vine invitado por Alfonso Cotes Queruz mi gran amigo, fue mi guía en Manaure y en todos los pueblos de la región. “Poncho” Cotes era un hombre diferente, porque tenía para todos y a cada uno le daba el trato que merecía”, explicó Leandro.

Confiesa que cuando se sentía cansado de tanto ajetreo musical de los pueblos “de abajo” se iba para Manaure, en donde siempre tuvo audiencia de sus canciones, “porque en los años 50 y 60 el que venía a Manaure venía a divertirse”, recordó. 

Leandro falleció en el año 2013 en Valledupar un 22 de junio. Nos dejó de recuerdo uno de sus últimos versos de la canción “Como yo no hay dos”: “No he podido contemplar la luz / como lo has hecho tú en un nuevo amanecer / yo no he podido ver el cielo azul / ni mirar la tristeza de un atardecer”.

Coincide el mes de su muerte, junio, con el de “La Vieja Sara” quien es el vástago de sus bisabuelos Andrés Salas y Juana Paula Perea (de Riohacha). 

Aunque al comienzo no estuvo de acuerdo con que sus hijos Emiliano y Toño fueran acordeoneros, después tuvo sentimientos encontrados, terminó apoyándolos. Sara falleció 17 de junio de 1975 en El Plan.  Leandro y La Vieja Sara, dos seres que aportaron valores musicales al folclor vallenato. Hasta la próxima semana. tiochiro@hotmail.com   tiochiro@. 

Por Aquilino Cotes Zuleta 

Categories: Columnista
Aquilino_Cotes_Zuleta: