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Bienvenidos los reconocimientos

En mi columna anterior resalté muchas de las virtudes y méritos que tiene Carlos Vives para ser homenajeado en Valledupar en la edición 51 del Festival de la Leyenda Vallenata, no obstante dejar claro que a mi juicio el momento no era el adecuado, toda vez que la fila para homenajear en orden de sus aportes al vallenato autentico, tenía a otros en turno.

En mi condición de columnista de opinión, he expresado sin tapujos que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, obrando como una organización de carácter privado y sin ánimo de lucro, debe, en cumplimiento de esa función social que le asiste y en cada una de sus determinaciones, no olvidar la voz del pueblo, porque a ellos les es exigible interpretar el clamor popular y hacerlo efectivo en sus actos.

He leído, como siempre con mucha atención, a varios de mis colegas que comparten artículos en este y en otros medios, que se han venido lanza en ristre contra la FFLV, por la decisión de homenajear a Vives, sin embargo también he recibido con gran satisfacción los boletines de prensa de dos de los más opcionados y merecedores de ser homenajeados próximamente, Alfredo Gutiérrez y Jorge Oñate, quienes en una actitud de gallardía han respaldado la decisión de la Fundación y le han manifestado su apoyo incondicional a Carlos Vives.

Como también he explicado que no son de poca monta los argumentos esgrimidos por la Fundación para tomar la decisión de homenajear a Vives, hoy me congratulo con aquellos que aún no han sido homenajeados y también celebro la decisión que anunció el Vicepresidente del Festival, Efraín Quintero, de que en adelante ya no se realizarían más homenajes en la forma como hasta ahora se vienen efectuando, sino que cambiaría el formato por uno llamado de reconocimiento, que implica aspectos que a mi juicio son más importantes para aquellas personas que de una u otra manera han realizado aportes invaluables al folclor.

Particularmente en nada me gustan esos homenajes en los cuales aparece la fotografía del homenajeado en el afiche del Festival y uno de los días del evento lo hacen subir a la tarima y le entregan una placa o algo parecido; por eso creo que es acertado que ese formato se modifique y se valore mejor la vida y obra del artista al que la FFLV decida hacerle el reconocimiento; por ejemplo, se harán conversatorios, foros y encuentros en los cuales se expongan sus logros y el Festival debe girar en torno al personaje y no que simplemente aparezca su imagen en un afiche.

COLOFÓN: A mi colega Napoleón de Armas, que en su columna anterior dice que yo le pongo una vela a Dios y otra al diablo, cuando afirmo que Vives se lo merece, pero no es el momento, simplemente le informo que yo solo le pongo velas a Dios, porque desconozco al “mañoco” que muchas veces está en el alma de cada uno de nosotros.

Por Jorge Nain Ruiz

 

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