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Bienaventurados los que aman porque solo ellos viven en un mundo mejor

Por Leonardo José Maya

 

DE POETAS

Luciano el poeta escribió unos versos hermosos dedicados a un amor imposible, el malvado rey del imperio creyó rastrear en ellos la imagen de su hija. Sin más pruebas lo hizo encarcelar en una fosa oscura de paredes empedradas. Allí sufrió las peores penas de amor imaginables, cuentan que hasta la luna se entristecía por su suplicio, sus lamentos se escuchaban en todo el territorio y pedía a gritos la muerte.

Una noche aparecieron todos los enamorados de imposibles del mundo decididos a liberarlo y compartir su pena, hubo combates sangrientos y el noble poeta murió con una daga en el corazón.

Desde entonces todos los que padecen amores imposibles tienen sangre de poeta, callan sus lamentos y viven con una daga en el corazón.

EL PERFUME

El estaba feliz en su primer mes de noviazgo y estaban celebrando en un restaurante distinguido.

Ella preguntó si la amaría toda la vida y él dijo que sí, rendido ante sus encantos, le preguntó si cruzaría los mares por ella y dijo que sí con toda la verdad en sus ojos, le preguntó si le regalaría el sol de enero y dijo que sí sin dudar, le preguntó si podría bajarle la luna de abril y dijo que sí y también las estrellas.

Ella le creyó todo. Le preguntó después si le regalaría el último perfume de Kalvin Klein y dijo que no podía. Entonces ella no le creyó lo del sol, la luna, las estrellas ni los mares. Tampoco lo del perfume.

ENAMORADO

El pintor dibujó una mujer desnuda a su entero gusto. Era la más hermosa del universo, el cabello perfecto, los ojos hermosos, le puso una sonrisa impecable y una mirada insinuante. Le dibujó piernas largas y magníficas, caderas de diosa y pecho abultado, todo lo hizo con una perfección asombrosa pero olvidó algo importantísimo en una mujer. ¡No le puso corazón!

El hombre vivía feliz con su obra, se quedaba días enteros contemplándola hermosa hasta que un día se sintió tan atraído hacia ella que le suplicó al creador que le diera vida a cambio de amarla por siempre. Y Dios lo hizo.

Ella, inmediatamente sintió pudor y se abrigó su cuerpo exuberante y tentador. El pintor ya estaba profundamente enamorado de aquella dama prodigiosa y sin pensarlo dos veces le juró amor eterno. Todos los hombres lo envidian pero él padece la peor tragedia de un enamorado.

¡Vive con una mujer sin corazón!

 

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