Ese es diciembre. Anhelado, esperado y siempre convulsionado por la alegría y la tristeza. Es una extraña mezcla de sentimientos que enternecen al ser humano que se arraiga en las más firmes costumbres tradicionalistas.
Seguramente muchos de los amantes de la música vallenata se preguntan una y otra vez qué estaba pasando por la mente del compositor Rafael Manjarrez Mendoza al momento de sentarse a hilvanar la letra que terminó siendo una pieza artística que en solo cuatro minutos resume el llanto y la risa del corazón. Además, las lágrimas y expresión alegre de los ojos hace reflejar en el rostro de cada persona la presencia de los ausentes y la ausencia de los presentes.
Parece un galimatías, pero no lo es. ‘Bendito diciembre’ desde 1983 es la más delicada obra musical que para la época de fin de año evoca recuerdos entrañables de quienes regresan al pueblo natal, haciendo eco de una de las tradiciones que se mantienen intactas.
“Esta canción la compuse a finales de noviembre de 1982. La hice en La Jagua del Pilar, La Guajira. Estudiaba en la universidad y trabajaba con la empresa Corelca y había ido unos días al pueblo”, recuerda Rafael Manjarrez con sentimiento.
“Generalmente yo iba a mi pueblo era a final de año, por allá el 22, 23 de diciembre llegaba; pero no me acuerdo porqué circunstancia, creo que mi mamá se enfermó o algo así, y por eso estuve como diez días e hice la canción”, expresa.
Siempre se le escucha decir a los grandes compositores que las historias reales que terminan en obras musicales llevan un sello, y es desde lo más profundo del sentimiento que se despierta la inspiración para la creación de canciones como ‘Bendito diciembre’.
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“La canción la hice, para ese entonces, porque había tenido una desavenencia con una de mis vecinas que es como mi hermana, Nelly Móvil. Definitivamente ‘Bendito diciembre’ porta un mensaje universal, una semblanza de lo que ocurre con las parejas y tiene algo de reflexión”, cuenta el cantautor.
GRABACIÓN
Seguidamente anotó: “Para mí los diciembres siempre han sido un híbrido extraño de nostalgia y de alegría. Me entusiasmo cuando va a llegar el fin de año; pero en los propios días llego a sentir un hálito de tristeza, de manera que para esa época que compuse esa canción me trastoqué un poco. Había inclusive una vecina que se crió conmigo, como mi hermana, habíamos tenido una diferencia y se casó y no me invitó al matrimonio”.
Agrega, entonces, que confluyeron varios factores. “Me senté e hice la canción. Como a los tres días me llamó mi compadre Alberto ‘Beto’ Zabaleta para decirme que estaba terminando el trabajo discográfico y que estaban esperando la obra que habitualmente yo les entregaba. Se la entregué y tuve la suerte que a él le gustó muchísimo. Se emocionó con ella y la grabó”.
Continúa recordando: “La obra la grabaron enseguida pero no sé qué ocurrió; pero finalmente no vino en el trabajo discográfico, sino en un trabajo variado que hacían antes denominado Fiesta Vallenata”.
Y fue entonces el sello discográfico CBS el encargado de llevar la letra con melodía al acetato en 1984, con una interpretación muy sentida del maestro ‘Beto’ Zabaleta y el acordeón de ‘Beto’ Villa.
“En esos pueblos muy marginales de La Guajira, como era el mío, la pirotecnia era muy limitada: si acaso un triqui traqui; digamos que esos despliegues de pirotecnia en el cielo grande, eso allá no se daba. Lo que contratan en la fiesta eso se daba muy poco en diciembre; pero en la ciudad si, entonces esa es la referencia de ese aparte de la canción”, explica Rafael Manjarrez adentrándose en el recuerdo de su infancia y adolescencia.
Relata también: “Había un compadre mío muy querido que por circunstancias, esas que ocurren con familias en La Guajira, entraron en un conflicto. Hubo muertos de lado y lado y él falleció. ‘El Negro’ Morón, y otros que se fueron a estudiar con la familia buscando mejor horizonte y no volvieron”. Todos esos aspectos dieron pie para que llegara ‘Bendito diciembre’, de la inspiración de Rafael Manjarrez, consolidándose como una de las canciones más escuchadas en la época decembrina, festividad que prácticamente las emisoras se encargan de adelantar desde septiembre.
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El autor de esta obra, que al remate de año cobra vigencia, vuelve a sentir esa sensación de alegría y tristeza por ese ayer que tiene un lugar especial en su corazón, provocando que vuelva a repetir: “Un feliz nuevo año que sea de todos y para todos. Navidad sin agravios, en paz, en gracia, en buenos modos. De verdad sincerarnos, si por principio hermanos somos. Gritemos con voluntad y que lo oiga el universo: Viva la pascua y la Navidad”.
Por: Juan Carlos Travecedo