Luego de las manifestaciones por la reforma de la ordenanza que convirtió las becas en créditos condonables, los estudiantes de la facultad de Bellas Artes de la UPC se declararon en paro, según ellos, por las malas condiciones en las que están dando las clases.
Los alumnos pusieron carteles en las paredes y puertas de la sede con mensajes alusivos a la situación por la que pasa la planta física.
Escritos como ‘Charloteca’ y ‘prohibido hacer silencio’ estaban expuestos en la biblioteca de la sede de la facultad.
Ayer estuvieron reunidos los estudiantes de dicha facultad con el decano y el vicerrector administrativo, en representación del rector.
Martha Lucía Quintero Padilla, representante estudiantil ante el Consejo de Facultad, afirmó que desde que entró les están prometiendo muchas cosas para mejorar la calidad de la educación y las condiciones de recibir la clase y hasta el momento no les han cumplido en nada.
Yo llevo diez semestres estudiando aquí y no conozco que es una bambalina, o no la conozco gracias a la universidad. No tenemos atriles, no tenemos unos buenos pianos, el salón de danzas está en muy mal estado”, señaló la joven.
Según Quintero Padilla, solo hasta este año la jefe del departamento hace presencia en la sede de bellas artes, y anteriormente solo estaba el decano de la facultad.
El auditorio del lugar es utilizado para llevar a cabo encuentros que, en su mayoría, son ajenos a la facultad, y por lo cual se recibe dinero y esos ingresos no son vistos por los estudiantes para mejorar las instalaciones.
Enrique Córdoba, estudiante de noveno semestre de Licenciatura en Arte y Folclor asegura que recibir clases en las condiciones que lo hacen resulta difícil.
“Nosotros lo que queremos es que nos tengan con las condiciones necesarias para poder recibir nuestras clases, que pongan en funcionamiento las aulas que no lo están, como la de informática o como la sala de exposiciones que se supone que son para poder mostrar nuestros trabajos”, comentó el alumno.
Otro de los problemas que aquejan a los estudiantes es la situación de algunos matearos, pues ellos aseguran que tienen como profesores personas empíricas, y que a pesar de tener un amplio bagaje en temas culturales, musicales y artísticos, necesitan ser capacitados en docencia para que puedan dar una clase con más propiedad.
Asimismo, los estudiantes no cuentan con un horno para sus clases de cerámica y el que están utilizando actualmente fue llevado por una docente que prestó el artefacto para poder realizar las prácticas.
En Bellas Artes se dictan clases de guitarra, piano, acordeón y percusión y no hay la cantidad de instrumentos necesarios para suplir la demanda de estudiantes que están recibiendo las cátedras.
“En clase de percusión pueden haber hasta 40 personas y solo se cuenta con una tambora, un llamador y un guacho, entonces calculen dos horas de clase con un solo instrumento para 40 personas, le corresponde a cada uno como dos minutos para tocar algún instrumento”, explicó la representante estudiantil ante consejo de facultad.
El decano de la Facultad, Efraín Quintero Molina, estuvo con los estudiantes en la mesa de negociación que ellos programaron para que les fueran escuchadas sus peticiones y se hicieran las propuestas para solucionar las problemáticas que expusieron.
Quintero Molina expresó que “el problema en Bellas artes no es un problema de ahora, es algo que viene desde hace rato, hay deficiencia en materia de dotación del cual la administración ha tomado parte para tratar de resolver cosas que son fundamentales para impartir la academia”.
También hizo referencia al tema de infraestructura y señaló que “las condiciones físicas que se presentan no pueden ser intervenidas pues la casa es del Departamento e intervenirlas, sería peculado, aunque poco a poco hemos ido arreglando en pequeñas medidas este espacio ya que esto estaba completamente abandonado”.
Reseña histórica
La escuela de Bellas Artes funcionaba anteriormente como museo arqueológico, donde se rendía un tributo a la historia de la región, la colección ostentaba más de 350 piezas representativas de las culturas precolombinas del Tayrona, Bajo Magdalena y Alto Cesar.
El sitio era cuna de artistas, donde asistían los interesados en tomar cursos de música, danza, escultura, dibujo y entre otros.
Para el año 2004, la Universidad Popular del Cesar abre al público el programa de Licenciatura en Arte y Folclor que pertenece a la facultad que lleva el mismo nombre.
Ese año se empieza a dictar clases con 50 estudiantes aproximadamente, teniendo en cuenta los que matricularon en su horario, electiva sociocultural.
Hoy en día hacen parte de este programa más de 230 estudiantes que buscan aprender y ser abanderados del folclor y el arte de la región, no obstante, para ellos las condiciones en que se forman no son las mejores.
Según los estudiantes, no cuentan con los implementos necesarios para dar poder recibir las clases de la manera en que es debida.
¿“Consultorio de exposiciones”?
Uno de los factores que más tiene preocupados a los estudiantes de la facultad de Bellas Artes de la UPC, es el hecho de no tener una sala de exposiciones en la cual puedan mostrar sus obras sino que en su lugar está el Consultorio Jurídico de la Universidad.
“Nosotros nos vamos a mantener firmes hasta que veamos las soluciones” Martha Lucía Quintero Padilla representante estudiantil ante el Consejo de Facultad.
“Nosotros empezamos a construir la facultad con las uñas, no teníamos material humano, pero hemos capacitado a nuestros docentes”. Efraín Quintero Molina, Decano de facultad.
Los estudiantes se declararon en asamblea permanente hasta que les den respuesta a sus peticiones, mientras tanto dormirán y estarán plantados en la sede de Bellas Artes. Los administrativos solicitaron 12 días de gabela para empezar a tomar cartas en el asunto.
Por Freddy Oñate Acevedo
freddy.onate@elpilon.com.co