Por Abdel Martínez Pérez
abdel.martinez@elpilon.com.co.
Con la esperanza que sea reubicado hacia otro sector de Valledupar el Centro de Rehabilitación y Orientación al Menor Infractor, CROMI, los habitantes del barrio ‘La Esperanza’, anhelan que este ‘elefante blanco’, como ellos lo califican, sea desterrado ante el peligro que representa.
Las fugas continuas de los menores que son ingresados al centro por cometer infracciones, seguidas de persecuciones en motocicletas, a pie y en carro de la fuerza pública en medio de tiroteos, mantienen en estado de zozobra y agonía a quienes residen en el lugar.
“Nosotros ya hemos sido testigos de esas escenas cinematográficas, que por fortuna no han cobrado víctimas, ni heridos, pero sí daños materiales en las viviendas, porque los jóvenes en su huida y para tratar de evadir el cerco policial, se meten a nuestras casas que tienen las puertas abiertas, se esconden en las mismas y de ahí en adelante comienza la odisea para quienes habitamos en este sector, que a veces terminamos con las puertas en el suelo y el techo averiado”, señaló un de los afectados.
Otras de las preocupaciones de esa comunidad, es el alto índice de inseguridad que campea en ese sector plagado de drogadictos y atracadores en motocicletas de alto cilindraje y armados con cuchillo, revólveres y pistolas. Se ha llegado el caso, que a las mujeres que conducen motocicletas y llevan sus bolsos colgados en el hombro, se los arrebatan con el motor en marcha y las hacen perder el equilibrio.
Puntos de vista
Rafael Núñez Manjarrés, habitante. “Tenemos problemas de fluctuaciones de energía, la poca presencia de las autoridades gubernamentales. La mayoría de los servicios públicos, han sido instalados por auto-gestión; aquí realizamos actividades en la que también echamos gran parte del pavimento”.
Amparo Ardila Solano, residente. “Los jóvenes que ingresan al CROMI, no salen resocializados, porque faltan algunas políticas de Estado que los ayuden a convivir en la sociedad y no vuelvan a la actividad delincuencial”.