El vendaval que sacudió a Valledupar este lunes festivo dejó múltiples afectaciones en por lo menos 10 barrios de la ciudad, entre ellos el Divino Niño, donde aproximadamente 20 casas resultaron con daños por caída de árboles, postes, cables y levantamiento de techos, de acuerdo con Gestión del Riesgo Municipal.
Otros vecindarios que padecieron los efectos de este fenómeno natural fueron Bello Horizonte, Cinco de Enero, El Carmen, Villa Miriam, Brisas de la Popa y la Institución Educativa Técnica La Esperanza, ubicada en La Nevada, cuya estructura se vio afectada por la caída de un árbol.
Atención de los bomberos y plan de contingencia
Luis Viloria, uno de los bomberos voluntarios que atendió parte de la emergencia ese mismo día, aseguró a EL PILÓN que las labores de socorro iniciaban este martes debido a que en horas de la noche no pudieron avanzar en la remoción de materiales.
“Ayer (lunes) en la noche estuvimos en el barrio Bellavista, donde una rama de un árbol de mango bastante pesada cayó sobre una vivienda y causó daños en ella, partiendo ocho tejas, luego fuimos al barrio Divino Niño donde un árbol también dejó sin techo a una vivienda”, expresó Viloria.
Así mismo, desde la Secretaría de Gobierno manifestaron que activaron el plan de contingencia de lluvia por incidencia del fenómeno de La Niña por el cual atraviesa el país por estos meses. Dicho plan incluye hacer una caracterización completa de los afectados, a partir de este miércoles.
La sala sin techo de una madre soltera y desempleada
Sin embargo, 20 horas después de lo ocurrido, hasta el mediodía de este martes, algunos de los damnificados del Divino Niño consultados por EL PILÓN, el cual estuvo recorriendo el barrio, aseguraron que no habían recibido ayuda de ningún organismo o entidad, mientras que a otros les llamaron para avisarles de una visita en horas de la tarde.
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Carolina Daza es una madre cabeza de hogar que habita en una humilde vivienda en la calle 8A con carrera 39 con sus tres hijos, un niño y dos adolescentes. En medio del aguacero sintió un fuerte ruido, el techo de la sala se había levantado por completo, dejando sin protección esa zona de la vivienda.
“El viento era muy fuerte, se partieron 5 láminas de eternit y hasta ahora no he recibido ninguna ayuda”, expresó Daza, quien tuvo que buscar cómo comprar las tejas para repararlas y sentirse en casa de nuevo.
“Me salió cada teja en $45.000 y me toca pagar la mano de obra, me ha tocado a mí sola y yo no tengo empleo, por eso lo que uno pide es que la ayuden”, agregó la mujer de 36 años.
“Un árbol y un poste cayeron sobre mi carro”
En la carrera 32 sucedió un caso distinto: Mario Segovia tenía su carro parqueado afuera de la casa mientras los fuertes vientos arrastraban dos postes en su cuadra, uno de ellos también arrastró un árbol y ambos elementos cayeron sobre su vehículo y detuvieron el fluido eléctrico por varias horas.
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“Se le partió el panorámico trasero, la tapa del baúl y el techo también tuvieron golpes, aparte de eso un amortiguador del carro se estalló también. Ya me he puesto a averiguar la reparación y va casi un millón de pesos”, contó Segovia.
Entre tanto, los operarios de la empresa Afinia realizaban el levantamiento de los postes y restauraban las acometidas que llevan la energía a los hogares.
Más de 200 niños sin clases por colegio afectado
Más de 200 estudiantes de primaria también sufrieron los estragos del vendaval al no poder asistir a clases este martes porque el tercer piso del colegio San José, ubicado en la carrera 38 calle 8A, quedó prácticamente sin techo, mientras que otras zonas de la escuela están inundadas.
“La lluvia se colocó demasiado fuerte, cuando nos dimos cuenta prácticamente sentimos el estruendo y gracias a los vecinos que también nos avisaron”, relató Eduardo Bonet, hijo de la rectora de la institución.
La vecina le prestó las tejas
Una de las personas que sufrió lesiones fue Luisa Fuentes Vanegas, a quien le cayó un ladrillo en la pierna y el brazo mientras se refugiaba del aguacero en su cuarto.
“Después vi que se estaba cayendo el techo y me tocó pedir ayuda porque se metió el agua y tuve que pasar las cosas del cuarto para la sala. Eso fue muy maluco, yo pensé que me iba a morir, que se iba a acabar el mundo en ese momento aquí en el barrio”, expresó la mujer, quien vive sola.
Fuentes agregó que recibió visita de la Defensa Civil, pero aún no ha recibido ayuda material, por lo cual acudió a su vecina, quien le prestó 6 tejas que tenía para que Luisa pudiera cubrir su cuarto, sobre todo este miércoles que debe ir a Barranquilla a chequear cómo sigue del tumor que tiene en la cabeza.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN.