Habla con propiedad de un deporte que le corre por sus venas, el mismo con el que ha ganado renombre en el baloncesto vallenato.
Una cicatriz en su rodilla izquierda, producto de una lesión, es la prueba fehaciente de los altibajos que ha tenido su carrera deportiva, sin embargo, las ganas, conjugada con un talento innato debajo del aro, hacen de Ricardo Raúl Pérez Ayala un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones.
Hoy sirve de referente por ser la máxima figura del Torneo Interclubes de Baloncesto que terminó anoche en el Megaparque del barrio Garupal; así lo demuestran los números, que tienen al ‘Mare’, como lo llaman popularmente en el argot de este deporte, por vivir en el barrio Mareigua de Valledupar, como máximo anotador de tiros libres y mejor encestador del certamen del balón rojo.
“Para ser el mejor hay que tener disciplina y mucho amor por lo que uno hace, entrenar mucho y sacrificar parte de su tiempo”, aseguró el encestador de 25 años, de los cuales, lleva 12 dedicados al baloncesto.
Sin embargo, su aporte no le alcanzó para llevar a su equipo Instpecam a la final del torneo pues asegura que “enfrentamos a un gran equipo, hicimos todo el esfuerzo pero al final nos vamos con la tranquilidad de haber hecho un buen campeonato, Panteras es un buen quinteto, mereció estar en la final, lo importante es que el público vio un buen espectáculo”.
Sus inicios
Ricardo Pérez es fruto de unos juegos Intercolegiados vistiendo la camiseta del colegio Milciades Cantillo; allí nació su talento que luego se extendió a varias selecciones Cesar que participó en diversos torneos nacionales.
Su recorrido deportivo lo llevó posteriormente al baloncesto del departamento de Antioquia en donde hizo parte de las selecciones Sub 20 y Sub 23; su nombre también figuró en la Copa Élite del Valle de Aburrá.
Su permanencia en tierras ‘paisas’ le abrió espacios para estudiar una carrera profesional; hoy ‘El Mare’ muestra con orgullo su cartón como licenciado en Educación Física, título obtenido en el Politécnico Jaime Cadavid de Medellín.
En el plano profesional, Ricardo Pérez hizo parte de Halcones de Cúcuta y de varios campamentos con Cóndores de Cundinamarca; incluso, en 2007 fue convocado a una Preselección Colombia.
Los inconvenientes
Sin embargo, la lejanía de su familia, las exigentes concentraciones y las lesiones lo hicieron retornar al seno de su familia. “Yo soy muy apegado a mi familia, uno para jugar tiene que estar en un cien por ciento, yo nunca lo estuve por una lesión de rodilla, el jugador de baloncesto tiene que estar bien físicamente”, reconoció el encestador.
Su calidad a la hora de pisar los últimos metros es prenda de garantía para cualquier quinteto; “uno tiene que entrenar mucho para cogerle la caída a la distancia entre el aro y el balón, no es fácil, el baloncesto requiere de mucha práctica”, explicó.
Fiel seguidor de Lebrón Jame, una de las figuras de la NBA del baloncesto norteamericano, Ricardo Pérez sueña con llegar a la docencia en el área deportiva, quiere afinar sus conocimientos pues asegura que en este deporte se gana poco.
“En un futuro quiero estudiar administración de empresas para llegar a un alto cargo en la docencia, por ahora hago parte del equipo de instructores del club Choles Team, en donde enseño a muchos niños los secretos del baloncesto”, dijo el jugador.
Buen nivel
Sobre el nivel del torneo que acaba de terminar, Pérez Ayala celebró que en Valledupar se juega en baloncesto de primer nivel, “lástima que el apoyo a esta disciplina sea a medias”.
En varias oportunidades insistió en replantear el modelo del torneo pues recomendó aceptar y facilitar la inscripción de jugadores vallenatos que actúen en otras regiones del país y asegura que de esta forma le daría mayor realce al torneo.
Es consciente de las falencias del baloncesto en el departamento del Cesar. “Hay que fortalecer los procesos y hay muchas debilidades, lo importante es que se comenzó un proceso y en la actualidad adelantan talleres para afinar conceptos teórico-prácticos en aras de fortalecer al jugador”, puntualizó.