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Balance parcial de la administración Santos (I)

Ha transcurrido ya un año y medio del gobierno de Juan Manuel Santos Calderón, y – por iniciativa del propio mandatario- se ha hecho un ejercicio de rendición de cuentas como es imperativo en la administración pública moderna.
Son relativos los tiempos en materia de evaluación de la administración de la cosa pública. Para algunos aspectos, cuatro años es muy poco, como es el periodo de gobierno del Presidente, los alcaldes y los gobernadores en el país. Sin embargo, es un tiempo corto a la hora de los proyectos de largo plazo y políticas de estado que deben tener un gran alcance, como deberían ser las de educación, salud, infraestructura, entre otras.
Santos Calderón ha mostrado un estilo de gobierno particular, bien distinto al de la microgerencia y mediático del Presidente Uribe; este es diferente hasta en la manera de comunicarse con los estamentos del país y con los ciudadanos, en general.
A pesar de ser un tiempo corto, reiteramos, bien vale la pena el ejercicio de hacer un balance parcial de una administración que está en su tercera parte.
En primer lugar, hay que destacar la agenda ambiciosa que se ha fijado el Presidente Santos y las características de la misma. Se trata de un gobierno de estirpe liberal, muy cercano al ideario socialdemócrata del abrevó cuando era Subdirector del diario EL TIEMPO y un reservado aspirante a político. Iniciativas como la Ley de Víctimas, la Ley de Tierras, principalmente, marcarán un punto de inferencia en la historia del país. Por el bien de todos hay que apoyar que estas dos leyes tengan un buen curso y una buena aplicación.
Ha hecho bien Santos Calderón y su equipo en diferenciarse del Presidente Álvaro Uribe Vélez. El hombre es el estilo dice el sabio adagio. El actual mandatario no tuvo ninguna duda en acudir a distinguidos y experimentados políticos que no se caracterizan por ser muy amigos del ex presidente, como es el caso de Germán Vargas Lleras, Juan Camilo Restrepo Salazar y Rafael Pardo Rueda. Esta decisión habla bien del Jefe del Ejecutivo.
En este mismo sentido, nos parece muy importante y trascendental la decisión del actual gobierno de volver a crear los Ministerio de Salud, Trabajo, Justicia, y Medio Ambiente, que se habían fusionado con otros y cuyos objetivos, en nuestro concepto, se habían desdibujado en los ministerios fusionados.
El tema de la seguridad sigue siendo aquel en el cual se le exige más a Santos Calderón. Y es en este en el cual más se le compara con su antecesor. Habrá que evaluar los resultados concretos, pero no hay duda que el estilo de Uribe le gustaba mucho a la oficialidad, a la tropa, y también al pueblo.  A Santos no le fue bien con el ministro Rodrigo Rivera Salazar, y le tocó probar con Juan Carlos Pinzón. Este es el problema más complejo del país y en el cual no se pueden esperar milagros.
Podemos adelantar que la coyuntura económica ha favorecido al actual gobierno: buenas cifras de crecimiento, inflación bajo control, y una gran confianza de los inversionistas y de los consumidores. Este es el tema fuerte del Presidente Santos, precisamente por su formación como economista y administrador de empresas. Los temas de la agenda económica y de la política social serán motivos de otra nota editorial.
En cuanto a las regiones, consideramos que el Presidente Santos y su equipo deben lograr una mejor comunicación con las distintas regiones del país, y aprovechar el inicio de la administración de los nuevos alcaldes y gobernadores, para articular las políticas de los tres niveles de la administración pública colombiana.
En el caso específico de Valledupar y el Cesar, no nos cansaremos de repetir que esperamos más compromisos puntuales y concretos del primer mandatario en la contribución efectiva de muchos de nuestros problemas. Para no abrumar a los lectores queremos mencionar sólo cinco: seguridad, mayor inversión en vías e infraestructura, más control a la gran minería, apoyo al sector agropecuario y más efectividad en la política social.

Categories: Editorial
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