Ejecutada la versión 47 del Festival de la Leyenda Vallenata y como es costumbre nuestra, dedicaremos este espacio a efectuar el balance general del evento, dando de antemano por descontado que al igual que en su gran mayoría este fue otro Festival Vallenato exitoso.
Entre los aspectos positivos del Festival, sin duda se encuentran su organización y logística, las cuales después de 47 años es lógico que hayan alcanzado una suficiente solidez, no obstante a nuestro juicio el festival requiere de manera urgente algunas innovaciones o lo que otros llaman reingeniería, por ejemplo se hace urgente y necesario darle un viraje al sentido social del evento, es decir poner al festival a beneficio del pueblo, mas escenarios como la plaza Alfonso López donde nadie paga entrada y menos como el Coliseo de La feria Ganadera que se hace costoso, por el valor de la entrada, el transporte y los precios de las bebidas.
Los precios del Coliseo deben ser más módicos para darle acceso a la población menos favorecida, así las contrataciones de los artistas tengan que ser subsidiadas por la Gobernación, la Alcaldía o el Gobierno Nacional, o pagados con patrocino de la empresa privada en canje por publicidad, con esta propuesta se desmontaría el argumento empleado entre Alcalde y Gobernador en el rifirrafe del concierto gratuito vs concierto costoso del Parque la Leyenda.
Los empresarios de eventos se apropiaron del festival y tengo la impresión que algunos están sacando más provecho de éste,que la misma fundación organizadora; así, eventos como el Tsunami, Biblos, Club Campestre, Rio Luna, registran ingresos masivos y utilidades descomunales durante el Festival, nadie sabe para quien trabaja y lo que vemos es que el Festival Vallenato se ha convertido en una fiesta excesivamente comercial y ha ido perdiendo su verdadera esencia de cultural y folclórica.
El tal concierto a Salvo que se supone era gratuito fue utilizado por el consabido “rebusque” y los revendedores hicieron su agosto en mayo, vendiendo boletas que se suponen eran gratis a precios exorbitantes, no entiende uno como en las barbas de la policía y de las autoridades departamentales y municipales se cometía este delito en flagrancia sin que nadie dijera nada.
La Fundación se equivoca en la contratación de los artistas internacionales, sin duda antes de contratar a un artista se debe estudiar sobre cuál es el gusto del público que va al Festival, se supone que es un ambiente caribeño y tropical el que se quiere sentir, luego entonces es ese el tipo de música que se requiere. Dejémonos de vainas, la gente sabe que si va a Valledupar es a escuchar vallenato.